Erkoreka recuerda a los partidos el gesto de retirar la propuesta de Bizkaia
El portavoz del Gobierno tilda de "crítica" la situación en la que se encuentra Euskadi
Ineludible, insoslayable, inevitable, inexorable. Son palabras que ha empleado el portavoz del Gobierno, Josu Erkoreka, para referirse al recorte de 1.200 millones que tendrá que realizar el Ejecutivo liderado por Iñigo Urkullu, y del que se ha mostrado “dispuesto” a negociar “cualquier aspecto relacionado con las prioridades” que se salven del importante tijeretazo que ahora se proyecta en los despachos de Lakua y del que públicamente no se han dado, tampoco hoy, pistas claras de qué supondrá. “Si conseguimos entre todos superar el peor año de la crisis, volveremos a crear empleo en 18 meses”, ha destacado.
Al filo de las nueve de la noche, Erkoreka ha presentado a los medios de comunicación las conclusiones de las conversaciones que ha mantenido el lehendakari, Iñigo Urkullu, a lo largo de esta tarde con el primer y el segundo partido de la oposición, EH Bildu y PSE. El portavoz ha subrayado la “situación crítica” en la que se encuentra Euskadi en estos momentos y ha destacado que lo importante es mantener la “red social básica” de atención a las personas. Es la mayor concreción que se ha escuchado por boca del responsable del Ejecutivo, que ha puesto como ejemplo de la mano tendida del Gobierno a la oposición la retirada del orden del día del Consejo vasco de Finanzas que se celebra este miércoles de la propuesta de revisar las previsiones de ingreso.
En este sentido, ha señalado que se ha evitado un “acuerdo parcial” con la Diputación de Bizkaia, suficiente para realizar el recálculo, en aras a alcanzar un consenso mayor de “estabilidad institucional y presupuestaria”. Por todo ello, ha tendido en varias ocasiones la mano a la oposición para negociar, pero siempre en base a compartir la “circunstancia de partida”, el techo de gasto muy limitado al que se enfrenta el Ejecutivo. “Si no asumimos el techo de gasto, podemos hablar de política ficción”, ha concluido. “No todo el gasto público que se hizo en 2012 tiene que ser irrenunciable”.
