_
_
_
_
_

El azulejo resiste, su feria agoniza

La industria cerámica mantuvo su facturación de 2012 cerca de los 2.500 millones de euros El certamen Cevisama sigue perdiendo relevancia

Ignacio Zafra
Visitantes de la feria Cevisama.
Visitantes de la feria Cevisama.MÒNICA TORRES

La industria cerámica marcha bien, para como están las cosas. El presidente de la patronal del sector (Ascer), Joaquín Piñón, adelantó este martes que la facturación de 2012 se acercó a la del año anterior: 2.550 millones de euros. Las fábricas, concentradas mayoritariamente en Castellón, atraviesan la crisis volcados en la exportación, que sigue creciendo, mientras las ventas en el mercado español “caen a niveles del 20% cada año”, explicó Piñón. El sector cerámico resiste, pero su feria Cevisama, inaugurada este martes en Feria Valencia, ofrece síntomas terminales, lo que refuerza la idea de una eventual fusión con la feria Hábitat (históricamente, feria del mueble) que vive horas aún más bajas.

Cevisama ha dejado de presentar grandes novedades. Las principales compañías del sector, incluidas las españolas, prefieren el escenario de la feria italiana de Cersaie, en Bolonia, que se celebra en septiembre. Cevisama y Cersaie están demasiado cerca en el tiempo y en el espacio, comentan varias de las empresas presentes en el certamen valenciano. La crisis global ha empujado a vendedores y compradores a concentrarse en un destino. Y se ha impuesto Cersaie, el certamen que marca las tendencias en el sector. Un proceso no muy distinto al que ha sufrido la feria del mueble respecto al Salón Internacional del Mueble de Milán.

La crisis y la cercanía con la feria italiana de Cersaie pasa factura

“La cerámica cada vez es más diseño y en Italia siempre han ido por delante”, aceptan en Vives, “y en su feria se marca el camino del sector”. Preguntado por la posible unión de Cevisama con la feria del mueble, Niccola Debbia, de Unicom Starker, una de las empresas italianas presentes en Cevisama, responde: “Estaría bien y puede ser una buena idea, porque Cevisama desafortunadamente se está muriendo”.

La sentencia suena fuerte y proviene de un italiano. Pero Maridesa Gimeno, dueña de un almacén en Sagunto, distribuidora de cerámica y fija en Cevisama, coincide: “Cevisama se está acabando. De hecho, yo solo he venido por respeto a algunos de los que siguen montando”. Y coincide también María Ballesteros, enlace en España de Marco Polo, una de las mayores empresas de cerámica china: “Se está muriendo, totalmente de acuerdo. Cersaie y Cevisama están muy juntas y puestos a venir desde la otra punta del mundo las empresas y los grandes distribuidores se van a Bolonia, que desde luego muerta no está”. Y a una conclusión similar llega un grupo de taxistas que aguardan al sol que aparezca algún cliente. La fila de taxis empieza en la puerta de un hotel —el Feria, cuatro estrellas, que lleva varios años cerrado— y da la vuelta a la manzana. “Hay poca faena, cada año menos. Pero como en Valencia tampoco hay mucho trabajo vienes aquí a ver si coges una buena carrera”, afirma uno de ellos.

La mayor concentración de personas en la feria fue la de la comitiva oficial encabezada por el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra. El jefe del Consell declaró que Cevisama era una cita “obligada” donde “se escribe el futuro de la cerámica mundial”. Fabra añadió que España es el séptimo país que más cerámica produce y el tercero en ventas al exterior.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete
Las tendencias se adaptan al estado de ánimo de los consumidores

Mientras la feria busca una salida a su declive, que empezó hace unos tres años según la mayor parte de las fuentes consultadas, la industria que la impulsó muestra una salud de hierro. A pesar de estar muy vinculado al ladrillo, el sector español ha conseguido equilibrar el barco a base de vender fuera, apostar por el diseño y la innovación. Las tendencias se han adaptado, sin embargo, al estado de ánimo social. Sobriedad. Elegancia. Evocación de modelos clásicos. Búsqueda de la autenticidad a través de las maderas y las rocas. Cerámicas con colores que parecen desgastados, al estilo de las antiguas barcas de pescadores. Productos que además de ser atractivos vayan a durar.

Y junto a ello, muestra de la especialización de las grandes empresas, que crean marcas orientadas a mercados concretos, variedad.

La producción destinada a Rusia, países del Este y Oriente Próximo —como la que ofrece Mansion, de Keraben— destaca por los dorados y plateados, una estética ostentosa que en España y otros países occidentales podría calificarse de hortera pero que allí funciona.

La tecnología ha abierto la puerta a formatos de grandes dimensiones. A cerámicas sobre las que se imprimen imágenes con calidad fotográfica. Revestimientos con propiedades antigrafitis o purificadoras del aire. Y baldosas que brillan en la oscuridad.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_