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Del Madrid verde al canalla

El actor, eterno Pope para el imaginario colectivo y que encarna al Juan de 'Yerma' en el María Guerrero hasta el 17 de febrero, pasea de día en bici por los grandes parques y de noche...

Victoria Torres Benayas
En el Café del Espejo, Marcial Álvarez suele hacer una última parada antes de actuar.
En el Café del Espejo, Marcial Álvarez suele hacer una última parada antes de actuar. ÁLVARO GARCÍA

1. Cuña verde. Voy mucho de paseo con mi hijo y mi perro Luki, un bichón maltés. Aunque hoy se ha civilizado, en mi niñez era campo, pero campo salvaje, donde jugaba con mis amigos, muchos de ellos de las chabolas, a corretear, a buscar bichos... Asistí al desmantelamiento del poblado y a su reconversión en parque. Tiene además unas vistas estupendas desde el cerro, con unos atardeceres…

2. Anillo verde. Me gusta la bici y he descubierto hace poco este circuito de 64 kilómetros que rodea todo Madrid. Me lo he hecho ya un par de veces. Pasas por el Manzanares, ves vestigios de la Guerra Civil y llegas al norte, a las zonas industriales del extrarradio que describía Baroja.

3. Matadero. Tengo un recuerdo muy especial de antes de que fuera lo que es hoy. Sería el año 92 cuando mi amigo Antonio Canales empezaba con su compañía y yo llevaba un tiempecito con el teatro. Me invitó a dar clases de interpretación, hicimos una cooperativa y nos dejaron una nave sin restaurar que olía todavía a animales. No he vuelto a trabajar allí pero me encantaría. Paso muy buenos ratos en sus edificios neomudéjares y el invernadero.

Un chico de barrio

Marcial Álvarez (Madrid, 1966) nació y vive en Lucero. Arregló su casa "de toda la vida" en un edificio que levantó su padre. "Tenemos la misma edad", confiesa. Elige como papel favorito "el de ahora" y sueña con "tantos y tantos clásicos".

4. El Candela. Templo-antro del canalleo y del flamenco. He ido toda la vida y sigo yendo, aunque menos, a tomar una copa cuando me dan las tantas. Allí vi cantar a Enrique Morente, a dos palmos y para unos pocos. Fue un auténtico privilegio y ahora lo recuerdo mucho porque es el compositor de Yerma (Olmo, 2).

5. La Paloma. Soy un asiduo de este bar entrañable en el que te tratan muy bien. Es de lo más castizo, entras y lo hueles, lo saboreas… Tengo costumbre de ir con el club del cocido, que forman otros faranduleros como Antonio Molero (Toledo, 85).

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6. La Recoba. Otra leyenda de la bohemia hasta altas horas. Puedes cenar hasta muy tarde y tomar un par de copas mientras tocan tangos y boleros en directo. El propio dueño, Franco, los canta. Voy mucho con mi chica, que baila el tango y que me ha intentado enseñar. Sé algunos pasitos, pero es muy sacrificado. (Magdalena, 27).

7. Café del Espejo. Cuando voy al teatro, antes de entrar a la función siempre me paro a fumarme un café, digo a tomarme un café [risas]. Me encanta el edificio art decó, la luz que entra al atardecer por las cristaleras… (Recoletos, 31).

8. Medina Mayrit. Auténticos baños árabes en pleno centro y con restaurante de cocina andalusí. Me gusta ir al último pase, a medianoche. Como decía la mujer de Goya, la noche está para dormirla, y él contestaba “y para pintarla, y para pintarla” (Atocha, 14).

9. Kinépolis. Para disfrutar del cine de verdad, con pantallón. La pega es que ponen lo más comercial, para cosas más especiales hay que ir al centro. Se puede aparcar, hay restaurantes, sesión de madrugada… eso sí, un sábado por la noche, mejor no. (Edgar Neville, s/n. Pozuelo).

10. Madrid Río. A pesar de la controversia y la deuda, me encanta cómo ha quedado el paseo del Manzanares. Le ha dado vida al río. Voy con la bici por la Casa de Campo, aparezco por el puente de Segovia y llego hasta la Dama del Manzanares, parando en bancos, fuentes… Lo recomiendo también por la noche, con el tirabuzón y el Matadero iluminados al fondo.

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Sobre la firma

Victoria Torres Benayas
Redactora de la sección de Madrid, también cubre la información meteorológica. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Navarra, cursó el máster Relaciones Internacionales y los países del Sur en la UCM. En EL PAÍS desde el año 2000, donde ha pasado por portada web, última hora y redes, además de ser profesora de su escuela entre 2007 y 2014.

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