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Terrenos casi libres de residuos

Cuatro años después del cierre de la fábrica Massó y Carol, los dueños del solar que ocupaba en Santa Coloma de Cervelló retiran 2.400 toneladas de elementos químicos En la finca aún quedan elementos "no peligrosos" que el alcalde prevé retirar en febrero La Generalitat llevó a los antiguos propietarios al juez por delito ecológico

Los terrenos de Santa Coloma de Cervelló, después de retirar los residuos.
Los terrenos de Santa Coloma de Cervelló, después de retirar los residuos.Joan Sánchez

En un silo que queda en pie un cartel blanco reza Atención, justo encima de una apertura por la que sale una sustancia negra que se esparce por el suelo. Del solar que ocupaba la antigua fábrica Massó y Carol, en Santa Coloma de Cervelló (Baix Llobregat) por fin se han retirado más de 2.400 toneladas de residuos químicos que permanecían abandonados desde que hace cuatro años cerró la factoría. Aun así, todavía hay escombros, palés, silos en ruinas y oxidados, centenares de recipientes de plástico y, además, elementos químicos. “Cuando se realizó el inventario hay cosas que no se incluyeron porque no se detectaron, como un depósito de gasoil sepultado o silos que almacenan grasas”, explica el alcalde de Santa Coloma de Cervelló, Gerard Segú, que asegura que está negociando para que esos elementos “no peligrosos” se retiren durante el mes que viene. También han quedado aguas estancadas.

La antigua fábrica Massó y Carol, dedicada desde 1993 a la fabricación de bases para cosméticos y detergentes, desmanteló sus instalaciones en 2007, dejando unos 6.500 bidones y envases con residuos químicos. De los contenedores, desgastados, se habían derramado sustancias que provocaron emanaciones, espumas, escapes y olores. Los vecinos de Santa Coloma de Cervelló han pasado cuatro años temiendo por su seguridad y quieren que la empresa se haga responsable. “Ha hecho caso omiso a nuestras peticiones y a la Agencia de Residuos de Cataluña. Estamos muy contentos, pero no podemos dejar que se vaya de rositas”, comenta con indignación Luís, vecino del municipio.

En 2007, Massó y Carol se trasladó a Barbastro (Huesca) por las ayudas que ofrecía el Gobierno aragonés y vendió los terrenos a la inmobiliaria La Llave de Oro, que pretendía construir viviendas y oficinas. La crisis aplazó el proyecto y nadie se hizo responsable de los productos contaminantes que habían quedado en la fábrica. La zona se encuentra cerca de los acuíferos del Llobregat, el tren, campos de cultivo, una escuela y decenas de viviendas.

El solar, antes de la retirada de residuos.
El solar, antes de la retirada de residuos.Marcel·lí Sàenz

Desde 2008, la Agencia de Residuos de Cataluña (ARC) abrió expediente sancionador y levantó cuatro actas de inspección a la química. El Ayuntamiento fijó un calendario que la empresa no cumplió. En 2009, la Agencia Catalana del Agua realizó un análisis del Llobregat y descubrió que en algunos pozos se almacenaba agua contaminada que podía proceder de la planta de residuos. A partir de aquí, la ARC impuso tres multas y el expediente acabó en la fiscalía. En septiembre de 2009, la ARC interpuso una denuncia contra Massó y Carol en el Juzgado de Instrucción número 2 de Sant Boi de Llobregat por un presunto delito ecológico y de desobediencia a la que se unió el Ayuntamiento. El caso está en fase de instrucción.

La Llave de Oro también tenía responsabilidad como propietaria del solar, pero la inmobiliaria no podía hacerse cargo de la limpieza, valorada entre 1,4 y 2 millones de euros. Como la retirada de residuos no es competencia municipal, el Ayuntamiento aprovechó la concesión de una licencia a La Llave de Oro para condicionarla a la elaboración de un inventario de residuos y retirarlos. El inventario se realizó y con él un reacondicionamiento de todos los residuos, pero la retirada no sucedió.

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Según el informe de la ARC posterior al inventario, el almacenamiento de residuos suponía un grave riesgo de contaminación del suelo y de las aguas subterráneas y superficiales. Se detectaron hasta 41 tipos de productos químicos que, si se inhalan o se consumen, pueden resultar nocivos. También se halló amoniaco y ácido acético que pueden producir quemaduras y dificultad al respirar u otros elementos como la naftalina que son inflamables y explosivos. Como los residuos no se retiraban, los vecinos crearon una plataforma de protesta.

En mayo de 2012, el Ayuntamiento acordó con los administradores concursales de Massó y Carol, con La Llave de Oro y con la ARC la retirada de los cientos de bidones de residuos, que se completó en diciembre. Los residuos químicos serán tratados en la planta incineradora de residuos especiales de Constantí para su valoración o eliminación. Ahora solo queda saber los resultados del reconocimiento del suelo para determinar si está contaminado y si los productos químicos se han filtrado al subsuelo. Si así fuera, el solar sería declarado oficialmente contaminado y la inmobiliaria no podría edificar en él.

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