Los institutos tecnológicos advierten de que su situación es “dramática”

La jornada de innovación organizada ayer por la patronal valenciana Cierval, los sindicatos Comisiones Obreras y UGT, y la red de institutos tecnológicos (Redit), inaugurada por el consejero de Economía, Máximo Buch, coincidió con la publicación de la Encuesta de Población Activa, que confirmó que 2012 acabó con 700.000 valencianos en paro.

A pesar de ello, el titular de Economía envió un “mensaje positivo”. “Teníamos una hemorragia. A principios de 2012 la Comunidad Valenciana sangraba más que la media nacional. Y cerramos el año con la hemorragia cortada. En el último trimestre del año no solo no ha habido más parados sino que incluso se han generado 1.600 puestos de trabajo”.

La EPA refleja que el número de parados se redujo en el tercer trimestre en 1.900 personas, hasta las 700.200. La caída fue tan pequeña que no rebajó la tasa de desempleo, anclada en el 28,1%, dos puntos por encima de la media española. A la vez, a diferencia de lo que señaló Buch, los datos indican que también se redujo en 4.900 el número de personas ocupadas.

Una posibilidad, apoyada por la paralela caída en el número de activos, es que el ligero descenso del paro responda a la salida de personas del territorio ante la falta de perspectivas. El portavoz parlamentario socialista, Antonio Torres, aseguró en esa línea que 29.000 ciudadanos han emigrado.

El consejero de Economía expresó su confianza en que la tasa de desempleo baje dentro de cuatro años a niveles del 13% o el 14%. Y que el pleno empleo, que Buch fijó en el 8%, se alcanzará en 2020.

El presidente de Cierval, José Vicente González, coincidió en que parece haberse producido un cambio de tendencia, pero advirtió de que la recuperación “no va a ser en V”, como un rebote, sino “mucho más lenta”.

Los líderes sindicales fueron más duros. Paco Molina, de Comisiones, lamentó la “percepción fantástica” del consejero. Y Conrado Hernández, de UGT, consideró que Buch o era “un hombre optimista” o tenía una visión “alejada de la realidad”.

La necesidad de apostar por la innovación para forjar un sistema productivo potente y sostenible fue defendido por todos los que intervinieron en la jornada, celebrada en la sede de Cierval. A partir de ahí vinieron las diferencias. Los secretarios generales de los sindicatos mayoritarios afirmaron que ese salto requiere del respaldo económico de la Administración. También José Vicente González, de Cierval, pidió estímulos para poner en marcha el “círculo virtuoso” de la economía, aunque consideró necesario que las empresas hagan su parte, aunque sea mediante las formas más asequibles de innovación. El titular de Economía dejó claro, sin embargo, que tanto el aumento de la innovación como la reindustrialización del territorio debe ser impulsado por el sector privado y que el papel de la Generalitat consiste en facilitarlo.

Una clave para entender esa postura, posiciones ideológicas aparte, la dio el vicepresidente de Redit, Rafael Ros. La Generalitat debe 74 millones de euros a los institutos tecnológicos, creados para hacer llegar la innovación a las pequeñas y medianas empresas, que han aprobado en los últimos años más de 15 expedientes de regulación de empleo, contó. Su plantilla se ha visto reducida de 1.700 personas a 1.300. Y el “estrés financiero” que viven es constante. “Si atendemos a todo ello”, concluyó Ros, “la situación es realmente dramática”.