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Luchando por un hogar palestino

El Macba acoge la primera retrospectiva europea de la fotógrafa Ahlam Shibli

La fotógrafa Ahlama Shibli, en el Macba.
La fotógrafa Ahlama Shibli, en el Macba. Consuelo bautista

Desde hace años Palestina lucha en contra de un genocidio encubierto, que ha dejado miles de víctimas y todo un pueblo sumido en un estado de inseguridad permanente. Solo en la ciudad de Nablus, sede de cuatro campos de refugiados, gestionados por Naciones Unidas, durante la segunda Intifada (2000 - 2005), las fuerzas de ocupación israelíes mataron a más de 500 personas e hirieron a más de 3.000. Ha sido este el enclave elegido por la artista Ahlam Shibli (Palestina, 1970) para realizar su última obra Death, muerte, una serie de 68 fotografías, que muestran "la forma en que los ausentes vuelven a estar presentes". La obra ha sido realizada especialmente para su primera retrospectiva europea, La casa fantasmal, abierta desde hoy hasta el 28 de abril en el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba). Posteriormente la muestra se presentará en el Jeu de Paume de París y el Museo Serralves de Porto, que la han coproducido.

Death es el plato fuerte de una exposición, formada por nueve series fotográficas (unas 500 imágenes), que resumen diez años de investigaciones de Shibli sobre el concepto de hogar y su presencia o ausencia en diversos países, no sólo Palestina, sino también otros lugares sedes de conflictos coloniales y paradojas que se conservan hasta la fecha. Como las imágenes de Tulle en Francia, donde se conmemoran a la vez las víctimas de la ocupación nazi y aquellos que después de la liberación lucharon en Argelia e Indochina, contra la independencia de otros pueblos.

"En Occidente se suele asociar la idea del mártir con la del combatiente palestino que se hace estallar como postrero intento de recuperar su dignidad, reapropiándose por lo menos de su muerte. Sin embargo, en Palestina consideramos mártires todos los que perdieron la vida a causa de la ocupación israelí y también los presos, muertos en vida en las cárceles de Israel", explicó Shibli. Lejos de la autocomplacencia, la artista plasma magistralmente el horror, la brutalidad y la terrible añoranza de los supervivientes, que se enfrentan a la muerte de tantos amigos y familiares. Carteles a veces pintados a mano, tiernos arreglos alrededor de las lápidas en los cementerios atiborrados, fotos y recuerdos de los difuntos, como "el cigarrillo que fumaba cuando le dispararon y el cuarto exactamente como lo dejó", conforman un fresco que consigue reflejar perfectamente la mezcla de público y privado, personal y político, que caracteriza su mirada.

Aunque Palestina es la protagonista de sus fotos, la mirada de Shibli es universal

Muchas imágenes se completan con una explicación, porque la forma de trabajar de Shibli implica un conocimiento profundo del medio y la gente que piensa fotografiar. "Tengo una mentalidad cinematográfica, así que trabajo con un guión mental, pero lo importante es pasar mucho tiempo con la gente que quiero fotografiar. Cuando se acostumbran a mi presencia y olvidan la cámara, entonces puedo empezar", indicó Shibli. "Para realizar Death, vivió cinco meses en Nablus y, como es su costumbre, captó muchísimas fotos, que luego somete a una selección muy severa", añadió Carles Guerra, comisario de la exposición con Joâo Fernandes, Marta Gili e Isabel Braga.

Aunque Palestina es la principal protagonista de sus trabajos, la mirada de Shibli es mucho más universal. El recorrido arranca con una serie de imágenes captadas en 11 orfanatos autogestionados por los propios niños. El recorrido continúa con los rostros de las comunidades de homosexuales y transexuales huidos a causa de la represión en sus países de origen, captadas en Zurich, Barcelona, Tel Aviv y Londres, reunidos en Eastern LGBT. "La serie pone de manifiesto que el cuerpo es la primera casa del ser humano y a la vez el primer objetivo de las políticas de represión de la identidad", aseguró. La artista reconoció que la situación de las personas homosexuales en Palestina no es tan dura como en Irán o Irak, pero que aún falta mucho para alcanzar la normalización. No se trata de las primeras fotos que Shibli realiza en Barcelona, ya en 2008 el Macba le encargó un trabajo para la muestra Archivo Universal.

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