_
_
_
_
_

Las universidades atajan su déficit desbocado con temor a más recortes

Tres de los siete campus públicos suman 237 millones de déficit acumulado

Las alertas saltan mes a mes en las secciones de contabilidad de las grandes universidades y también de la Generalitat. La bola de números rojos crece y a los rectorados les cuesta coger las riendas de su déficit desbocado. En 2011, el sistema universitario catalán acumulaba un déficit de 237 millones. La Generalitat prevé que en 2012 haya aumentado en hasta 10 millones más.

¿Cómo se ha llegado a esta situación descontrolada? Lluís Jofre, director general de Universidades, explica que en época de bonanza los presupuestos de las universidades crecían a un ritmo de un 10% anual. “Era el ritmo de crecimiento del país. El problema es que las transferencias de la Generalitat solo aumentaban un 8%, así que cada año se acumulaba una desviación del 2%”, abunda. Así se llegó a 2009, cuando las universidades catalanas ya acumulaban 200 millones de déficit.

Santiago Guerrero, gerente de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), aporta otro factor que ha ayudado a descuadrar los balances de los campus. “En 2006, la Generalitat aprobó un plan de mejora de la financiación de las universidades, dotado con 300 millones, pero solo pagó 135. E hicimos los presupuestos contando con este dinero que nunca llegó”. La Generalitat admite que, entre este y otros conceptos, debe unos 200 millones a los campus.

El País

Además, la llegada de CiU a la Generalitat se tradujo en un drástico recorte de 128 millones (un 15%) en 2011, lo que desbocó aún más los números rojos de las universidades hasta el déficit actual. Una situación que afecta a las grandes como la de Barcelona, la UAB y la Politécnica. “Las desviaciones y los errores en el cálculo se amplifican en los campus grandes con presupuestos ingentes”, explica el vicerrector de Economía de la Universidad de Girona, Jesús Garcia, quien defiende que los pequeños campus han sido tradicionalmente más rigurosos con los presupuestos.

La UPC proyecta una “refundación” para reducir un déficit de 100 millones de euros

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Pero sean pequeñas o grandes, ninguna de las universidades se ha librado de un plan de ajuste para reducir gastos ni de medidas dolorosas como el despido de profesores. Los centros han empezado el curso con unos 660 docentes menos. Y la contención seguirá. De momento, la UAB es la única que ha reducido su presupuesto este año (un 4% menos). Pero se espera que también lo hagan la UPC y la UB, que han prorrogado sus cuentas a la espera de que la Generalitat apruebe las suyas y asegurarse así de que no les sorprenda un nuevo recorte. El resto de campus han aumentado ligeramente su dotación.

Las universidades también se ven apremiadas por la necesidad de enjugar, antes de 2014, el déficit de 46 millones a raíz de los recortes de 2011. Así lo acordaron con el Gobierno catalán. Pero las universidades creen que el pacto no es válido, ya que el ejecutivo no cumple con el aumento de ingresos previsto. Al contrario, incluso sufren más recortes. El director general de Universidades, en cambio, cree que el pacto es vigente porque el aumento del precio de las matrículas de hasta un 66,7% (que ha permitido recaudar 40 millones más) ha supuesto una buena inyección de líquido a los campus.

Los rectores piden más tiempo para ajustar sus cuentas y evitar recortes traumáticos que lleven a situaciones de asfixia como las que vive la UPC y, en menor medida, la UAB. El vicerrector de Girona usa un símil para explicar las consecuencias. “Un barco pequeño puede cambiar de rumbo más fácilmente y sin problemas. Pero si uno grande, como una universidad, la haces cambiar de rumbo de golpe, la rompes”.

Esta es la radiografía de las siete universidades.

Politécnica (UPC). Es el campus con los números más desbocados del sistema universitario catalán. Desbordada por los 99,8 millones de déficit acumulados a finales de 2011, además se suman cinco millones más negativos de 2012. El rector Antoni Giró reconoce que la tesorería del campus “está al límite” por culpa de los recortes y los retrasos de la Generalitat, así como por el retroceso de los ingresos de proyectos de investigación. Para enderezar la situación, la UPC ha puesto hilo a la aguja a un ambicioso plan de “refundación”, que estará definido antes de final de curso. El objetivo: acabar con la dispersión territorial (23 escuelas en ocho campus en localidades diferentes) y la duplicidad de títulos y de centros.

Entre otras actuaciones se propone la fusión de escuelas duplicadas, como las dos ingenierías de Terrassa o las arquitecturas en Sant Cugat y Barcelona, aunque se descarta cerrar ningún campus. También se quiere eliminar los grados repetidos o sacar rédito económico del patrimonio, vendiendo o alquilando edificios. Uno de ellos, la facultad de Náutica, ubicada en un palacete de 1932 en Pla de Palau, estratégicamente cercana a la futura marina de lujo en el barcelonés Port Vell. Giró asegura que todavía no ha encontrado una ubicación alternativa a la escuela, pero descarta trasladarse fuera de Barcelona.

En febrero de 2011, la UPC aprobó el Plan de Viabilidad Económica para el periodo 2011-14 para ahorrar inicialmente 24 millones de euros. Aparte de la reducción en gastos corrientes, como el consumo energético, la plantilla de la Politécnica también se ha tenido que tocar. Este curso pasado se ha reducido en más de 200 personas por la no renovación de contratos temporales a profesores asociados y personal administrativo, además de no cubrir jubilaciones.

Autónoma (UAB). A la Generalitat también le preocupa la salud de las cuentas del campus de Bellaterra, que acumula 66 millones de déficit. Una inquietud a la que el rectorado quita hierro argumentando que en 2012 ha logrado equilibrio presupuestario y reclama a la Generalitat una deuda de 56 millones. El nuevo rector de la UAB, el economista Ferran Sancho (que se estrenó en el cargo en junio) ha impulsado un Plan de Estabilización Presupuestaria para hacer frente al recorte de 36 millones en los dos últimos años y evitar asfixias puntuales, como la que le ha llevado a no poder pagar todavía (debía hacerlo en noviembre) las becas Séneca a unos 70 estudiantes.

El gerente de la UAB, Santiago Guerrero, incide en la necesidad de recortar los altos costes de mantenimiento del campus de Bellaterra, que con sus 200 hectáreas es como una pequeña ciudad. “Nos cuesta un ojo de la cara. Gastamos anualmente seis millones en asfaltar las carreteras, la iluminación, los autobuses, etc. En el resto de universidades, que son urbanas, esto lo paga el ayuntamiento”, apunta Guerrero. La UAB cierra sus instalaciones en agosto, Navidad y algunos festivos para ahorrar.

Barcelona (UB). El campus catalán más grande había conseguido tomar las riendas de su déficit que se había desbocado hasta los 83 millones en 2008. Dos años más tarde, esta cifra se había reducido a los 58 millones, pero después del gran recorte de la Generalitat de 2011, escaló hasta los 65 millones. La previsión de la UB es cerrar 2012 con equilibrio presupuestario. A pesar de esta llamativa cifra negativa, el rector Dídac Ramírez se muestra tranquilo. “No me preocupa como enjugaré los 65 millones, porque no son deudas con los bancos. Lo que me importa es tenerlo bajo control y que no se dispare”. Ramírez teme a nuevos recortes de la Generalitat. “A nivel presupuestario hemos tocado fondo”, alerta.

El Plan de Estabilidad de la UB ha llevado al cierre del campus durante las vacaciones de Navidad, Semana Santa y agosto para ahorrar en consumo energético, mantenimiento y personal. También ha reducido su plantilla en 300 profesores en dos años, vía jubilaciones y asociados. “Podemos reducir gastos y conseguir más ingresos, pero la principal fuente de financiación continúa siendo la Generalitat”, tercia Ramírez, quien considera que la incerteza sobre la magnitud de los recortes en los nuevos presupuestos de la Generalitat deja en vilo a las universidades. Ante esta incerteza, la UB ha prorrogado sus cuentas, hasta conocer las del gobierno catalán.

Pompeu Fabra (UPF). Este campus trabaja con perspectivas más positivas y asegura que el año pasado consiguió unos 300.000 euros de superávit, que servirán para empezar a reducir los 8,1 millones de déficit acumulado. Desde 2010, la UPF tiene activo un Plan de Sostenibilidad Económica, basado en la reducción de los gastos corrientes (cerrando las bibliotecas el fin de semana y el campus durante las vacaciones) y de la partida de personal (unos 300 profesores menos en dos cursos).

Rovira i Virgili (URV). La buena salud de sus cuentas le ha permitido algo que se considera un lujo en estos tiempos: aumentar su presupuesto en un 2% este año. No obstante, desde 2011 está tomando medidas de contención para no caer en números rojos. La URV mantiene la plantilla, pero ha ahorrado seis millones en dos años cerrando el campus en agosto, reduciendo el horario de apertura de algunas dependencias o ajustando el gasto de luz y climatización.

Girona (UdG). Girona también cuenta con unas cuentas más holgadas (un 4% más) en 2013 gracias al aumento de ingresos por el incremento del precio de las matrículas y del número de alumnos. No obstante, este curso han prescindido de un centenar de profesores.

Lleida (UdL). También se mantiene saneada también y ha aumentado un 1% su presupuesto, a la vez que aplica medidas de ahorro como el resto de campus, además de reducir la frecuencia de limpieza o evitar desplazamientos.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_