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LA CONSULTA SOBERANISTA

Mas levanta el pie del acelerador y se abre a una consulta sin efectos jurídicos

“La Corona no tiene papel directo en el proceso, pero debe estar informada”, dice el presidente Mas denuncia que el Gobierno no da alternativas y "va a saco" contra Cataluña El presidente catalán intenta sumar a los socialistas a la declaración soberanista

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, durante la reunión del gobierno catalán, celebrada este martes en Barcelona.
El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, durante la reunión del gobierno catalán, celebrada este martes en Barcelona.TONI ALBIR (EFE)

En el proceso soberanista iniciado por el presidente de la Generalitat, Artur Mas, cada paso está muy medido. Y por ello, tras intentar avanzar varios capítulos con una declaración soberanista que fijaba como objetivo que Cataluña sea un Estado, Mas ha levantado el pie del acelerador para no perder fuerza en los primeros pasos de la travesía. El inicio del proceso soberanista es, para Mas, la declaración sobre la soberanía de Cataluña que debe votar el Parlament en el pleno del próximo día 23. Convergència i Unió y Esquerra Republicana rebajaron el texto propuesto inicialmente para eliminar todas las referencias a que Cataluña sea un Estado propio. Lograron atraer al consenso a Iniciativa, con el que negocian una declaración conjunta a la que también se sume la Candidatura d'Unitat Popular.

Pero el Partit dels Socialistes (PSC) todavía está lejos de sumarse al consenso, que Mas desea cuanto más amplio mejor. También su socio de federación, Unió, con el líder Josep Antoni Duran Lleida a la cabeza, pone agua al vino soberanista en cuanto puede. Para calmar las aguas, Mas mostró este miércoles una cara más moderada en su primera entrevista tras las elecciones del 25-N, concedida a Catalunya Ràdio. En ella, Mas se abrió a que la consulta sobre la autodeterminación que quiere convocar no tenga efectos jurídicos. “No nos engañemos. No es lo mismo hacer un referéndum autorizado por el Estado que hacer una consulta impulsada por las autoridades catalanas, donde los ciudadanos expresarán su opinión pero no tendrá vinculación jurídica. Esto tendrá un valor muy grande pero no tendrá el valor de un referéndum vinculante”, dijo.

El PP dice que es tan ilegal debatir la soberanía como hacerlo sobre la pena de muerte

ÀNGELS PIÑOL

El Partido Popular y Ciutadans han instado a la Mesa del Parlament  a que reconsidere su decisión y evite que en la sesión de dentro de una semana se discuta la propuesta de soberanía y del derecho a decidir. Los dos partidos afirman que el texto es abiertamente inconstitucional porque entra en contradicción con el artículo 2 de la Carta Magna, que consagra que la soberanía reside en el conjunto de los ciudadanos españoles. Los populares plantean a la Mesa que aplique el concepto de Ad limine, que es rechazar una propuesta antes de ser discutida por contravenir la legalidad vigente y advierten incluso a los miembros de ese órgano (mayoría de CiU y ERC) que podrían cometer un "acto contrario a derecho". En su ánimo descriptivo, la propuesta del PP compara debatir la declaración soberanista con de la discutir una sobre la pena de muerte. "Un caso extremo seria el de la admisión a trámite de una propuesta de resolución que pidiera a la Cámara un pronunciamiento a favor de la pena de muerte que, como es abiertamente sabido por la Mesa, fue abolida por la Constitución", afirma el PP.

Fuentes de CiU y ERC relativizan la alusión de Mas a la invalidez jurídica de una votación hecha sin el permiso del Estado. La ley de consultas que el Gobierno catalán quiere aprobar como marco legal para la votación ya prevé que las consultas organizadas por la Generalitat no sean vinculantes, sostienen. La primera opción, insisten estas fuentes, es un referéndum vinculante autorizado por el Gobierno.

Mas, que hasta este miércoles subrayaba que la votación se haría bajo cualquier marco legal que la amparase, mantuvo que la importancia de la consulta sería sus efectos políticos. En caso de ganar el sí, aventuró, “tocará trabajar para construir el Estado”. El líder nacionalista retó al Gobierno central a ofrecer “alternativas” para lograr el encaje de Cataluña en el resto de España.

Mas dio otros signos de haber levantado el pie del acelerador durante su entrevista, en consonancia con las demandas de los sectores más moderados de su partido y de Unió. Pese a que el acuerdo con ERC fija la consulta en 2014, el líder de CIU recalcó que la fecha se puede prorrogar. “El 2014 es una opción, pero en el mismo acuerdo se dice que la idea es hacerlo ese año excepto que lleguemos a la conclusión que hacerlo en 2014 es peor que mejor”. Según Mas, el Gobierno puede actuar sobre la consulta, pero no el Rey: “La Corona no tiene papel directo, pero puede estar informada y emitir opiniones en privado”.

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El líder catalán, que admitió el mal resultado en las elecciones (perdió 12 diputados), insistió en todo momento que la prioridad es ampliar la mayoría social que está a favor de la independencia. El consenso, apuntó el líder catalán, está ahora en el derecho a decidir.

Un discurso que suena bien a oídos de Duran y de Unió Democràtica, que se había desmarcado de la declaración soberanista inicial para pedir una rebaja de sus postulados. El democristiano contraprogramó a Mas en una entrevista en RAC1, en la que destacó, contrariamente a lo que defiende el presidente catalán, que la expresión Estado propio no significa independencia. Duran negó que sea un freno para el proceso soberanista y subrayó que su apuesta es una confederación con España.

En este sentido, Mas sugirió que la consulta sobre la autodeterminación puede hacer más de una pregunta a los catalanes. “Veremos si hay una sola o más de una”, aseveró Mas. Una opción que gusta a Unió y a Iniciativa, cuyos dirigentes se reparten entre federalistas e independentistas.

Pero el partido en el que Mas centra sus esfuerzos es el PSC. El líder catalán es consciente que sumar a los socialistas a la declaración soberanista potenciaría su impacto: sumaría más de dos tercios de los diputados del Parlament (con CiU, ERC, PSC, ICV y la CUP el texto contaría con 107 escaños) y tendría el apoyo de todas las fuerzas que defienden el derecho a decidir. Por ello Mas invitó “amablemente” a los socialistas a buscar un texto común para la declaración sobre la soberanía. “Se pueden sumar. No creo que quieran quedarse al lado de PP y Ciutadans. El derecho a decidir no significa necesariamente que quieras un Estado propio”, aseveró. Solo el concepto de la soberanía del pueblo catalán es innegociable. ERC no tolerará modificaciones que afecten este concepto, que considera básico para la consulta.

En paralelo a las negociaciones para consensuar la declaración sobre la soberanía, los partidos contrarios al texto, PP y Ciutadans, pidieron a la Mesa del Parlament que impida la votación en pleno del texto. El portavoz del PP, Enric Millo, denunció que la declaración es contraria a la Constitución y al Estatuto y comparó el debate sobre la independencia con otro referido a la pena de muerte, por su ilegalidad. Fue más contundente el portavoz de Ciutadans, Jordi Cañas, que tildó a los líderes que defienden la declaración de “golpistas que van en Audi A8”.

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