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Cataluña se queda sin nuevos parques eólicos por primera vez desde 2003

La moratoria en las primas a las energías renovables impide rentabilizar proyectos eólicos

Dani Cordero
Campo de molinos de viento en Rubió.
Campo de molinos de viento en Rubió.CARLES RIBAS

La lentitud endémica que padece Cataluña para poner en marcha molinos de viento se agravará en 2013. Este año no se iniciará la construcción de ningún otro parque eólico, un hecho que no ocurría desde 2003. El pesimismo en el sector era evidente ante las dificultades para sacar adelante la tramitación administrativa de nuevos proyectos en la comunidad y ahora se ha agravado por la moratoria que afecta a las primas a las energías renovables, dictada elpasado año por el Ministerio de Industria para atajar el déficit de tarifa que afecta al sector eléctrico.

Ese factor, unido a las dificultades para econtrar financiación para ejecutar las inversiones necesarios, ha frenado en seco la construcción de parques. De poco sirve que actualmente esté autorizada la construcción de 26 parques (con un total de 644,6 megavatios) y que otros 25 (759,15 megavatios) se encuentren en fase de tramitación administrativa.

Este año las inversiones apenas se realizarán para finalizar la construcción d el parque de Serra de Vilobí II, en los términos municipales de Fulleda y Tarrès (Garrigues). Las expectativas del sector para salvar el ejercicio “son nulas”, según explicó ayer Miquel Cabré, presidente de la patronal catalana de la industria de las energías renovables, EolicCat. “Sin marco retributivo es difícil llegar a pensar que se incrementen de forma significativa” las inversiones, denunció. Esa situación complicará todavía más los objetivos marcados por el Plan de la Energía de Cataluña 2013-2020, que fija la instalación de 5.153 megavatios en la comunidad al final de esta década.

A la espera de que el Ministerio de Industria aclare el horizonte tarifario, Cataluña apenas podrá superar los 1.263 megavatios con los que ha iniciado el año. Durante 2012 se pusieron en marcha ocho parques que, tras una inversión de 330 millones de euros, aportarán 254,7 megavatios al sistema. Su producción supone el 5,8% del consumo eléctrico de la comunidad.

A falta de que se levante la moratoria, solo los parques con más de 2.800 horas de viento asegurado serían rentables, según los cálculos de EolicCat. O eso o que las tarifas del pool eléctrico superen los 60 euros por megavatio producido. Actualmente el precio está situado entre los 50 y los 55 euros, por lo que están lejos de que eso pueda hacerse realidad.

Además, la moratoria que afecta a las primas a las energías renovables pueden dejar herido de muerte también a un proyecto que tenía que ser emblemático para la industria eólica instalada en Cataluña: el desarrollo de un sistema de energía eólica marina experimental que debería ejecutarse en la costa de l'Ametlla de Tarragona, denominado Zéfir. Cabré señaló que “no es viable sin primas” y lamentó que ese obstáculo puede impedir que Cataluña sea pionera en esa tecnología, lo que ofrecería una ventaja competitiva ante otras proyectos similares que se están desarrollando. “Cada cosa tiene su tiempo”, afirmó.

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La empresa Alstom, cuyo centro de investigación y desarrollo (I+D) está instalado en Barcelona, participa en el complejo, en el que se probarán aerogeneradores marinos en aguas profundas. En un primera fase se probarán unos modelos anclados al suelo y en una segunda otros con aerogeneradores flotantes.

EolicCat defiende que los parques eólicos son una forma de transferir renta a zonas con economías deprimidas. No solo se refirió a la creación de empleo estable sino al pago de los alquileres donde se levantant los molinos de viento. Según explicó Cabré, los propietarios de los terrenos donde están ubicados los ocho parques estrenados en 2012 recibirán un total de 1,5 millones de euros en concepto de alquiler.

En cambio, la consecuencia de no construir parques no solo no genera esas rentas en zonas rurales sino que deja en peligro empresas del sector que no tienen marco donde proyectarse y acaban cerrando a causa de la falta de “u nmarco retributivo claro” para las renovables.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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