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El príncipe de Urgavo

El Museo de Jaén acoge una exposición sobre las cráteras griegas descubiertas en Arjona

Ginés Donaire
Una visitante observa dos de las cráteras griegas expuestas.
Una visitante observa dos de las cráteras griegas expuestas.J. M. Pedrosa

En las sociedades íberas poseer cráteras griegas era un símbolo de gran prestigio y su uso podía ir desde depositar el aceite para la ofrenda a los dioses hasta guardar las cenizas de un difunto. Hace dos años, con motivo de una riada que afectó a la población, quedaron al descubierto varias de estas cráteras que estaban en la necrópolis de Arjona (Jaén) y que los arqueólogos atribuyen al ajuar del príncipe de Urgavo, del siglo I.a.C.

La excavación llevada a cabo por el Centro Andaluz de Arqueología Ibérica, con sede en la Universidad de Jaén, permitió localizar hasta ocho de estas cráteras en la cámara íbera de Piquía, cuatro de las cuales han sido restauradas antes de su llegada al Museo Provincial de Jaén, donde se exponen bajo el lema La memoria de los príncipes de Urgavo.

El origen de estas vasijas se sitúa entre los siglos IV y III a.C., lo que hace pensar al arqueólogo Arturo Ruiz que fueron conservadas por los antepasados del príncipe íbero y “demuestra el valor que le daban a estas piezas en la sociedad íbera”. Ruiz, que es el director del hoy bautizado como Instituto Universitario de Arqueología Ibérica, sostiene que, probablemente, el ajuar de la cámara principesca fue expoliado en el marco de alguna guerra de la época, quizás la de César y Pompeyo que se desarrolló por esa zona. No obstante, se piensa que, no mucho después, sus allegados sellaron la cámara con un acto piadoso con el sacrificio de una vaca, un cerdo y un cordero.

Se piensa que el ajuar de la cámara fue expoliado en el marco de alguna guerra de la época

La excavación ha permitido descubrir un rico ajuar compuesto por un carro; materiales de cerámica ibérica; una tapadera de plomo con el nombre del personaje; la denominada caja de los guerreros, una urna de piedra con bajorrelieves en sus caras laterales que escenifican luchas entre guerreros; vidrio romano, ánforas y armas, entre otros. Además, el príncipe fue enterrado como un romano, con un gladium (una espada) y con cota de malla. Una de las ánforas está dedicada a la mujer, con temas tan femeninos como el aseo o el arreglo de la novia. Otra con las hazañas del héroe, que era una forma de narrar algunos de los hechos cotidianos.

Los arqueólogos esperan ahora excavar otra veintena de tumbas de la necrópolis de Arjona, donde esperan ampliar los conocimientos sobre la sociedad ibera. Solo en la provincia de Jaén hay inventariados 500 yacimientos iberos. Los más representativos forman parte del Viaje al Tiempo de los Iberos, un itinerario turístico-cultural impulsado por la Diputación jiennense.

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