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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Plegaria a los Reyes Magos

"Que no cese la protesta de la mayoría social que reivindica la eficiencia de lo público"

Más que una carta, estas líneas son una plegaria a los Reyes Magos que nos honran para que, por ser buena gente, al menos gente paciente como hemos sido los valencianos, aligeren nuestras aflicciones y amparen las esperanzas que les anotamos sumariamente.

La primera de ellas, el desempleo que nos está sumiendo en una creciente miseria que apenas alivia esas 5.000 personas que acaban de hallar un tajo coyuntural, quizá por unos días o semanas. Una gota de agua en el mar de los casi 600.000 parados y la perspectiva atroz de un desempleo crónico, unos salarios de pena o la emigración.

Después, la necesaria restauración de la democracia, malversada por individuos de querencia franquista amparados en el engaño y la opacidad en la gestión de los asuntos públicos. De ahí tanto delito y desmán como han desacreditado la política y la imagen de este país, que acaso no se la merece. Algo han mejorado en este sentido las cosas, pero ¡es tanto el daño a enmendar!

Además, que no cese la movilización y la protesta de la mayoría social damnificada que reivindica la eficiencia de lo público en sanidad, enseñanza y bienestar, frente a la sumisión de la pretendida mayoría silenciosa, cada día más consciente del embeleco que supone la supuesta ventaja de los intereses privados en la gestión de las citadas parcelas.

También, que la izquierda más cabal —decimos de Compromís y EU— se mentalice y equipe para constituirse en alternativa de gobierno, y no en alternancia, como gusta a los partidos, decimos principalmente del PSOE, que a menudo parecen fundidos en el mismo crisol que el PP.

Asimismo, puestos a pedir, imploramos a SS MM que nos doten colectivamente de talento e ingenio para, sin renunciar al capital turístico con que nos ha dotado la naturaleza, sepamos incorporarnos al olimpo en el que compiten los países que cultivan la investigación, el desarrollo y la innovación. De sol, playa y ladrillo vamos ya bien servidos.

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No podemos desaprovechar la oportunidad de implorar a esta fabulosa realeza que despliegue su ascendiente para que de una vez se resuelva el enquistado conflicto de El Cabanyal de Valencia, tan obsesivamente cebado por la alcaldesa de la ciudad. Aquí ya no hay posibles vencedores, solo cabe la paz y dejar que la vida y la reconstrucción del barrio fluyan sin trabas ni amenazas.

Y otros conflictos no menos bochornosos que claman por un remedio, aunque sea prodigioso, son los que sacuden, de un lado, a la Ràdio Televisió Valenciana, hoy prácticamente irrelevante como medio audiovisual, pero con una desmadrada plantilla cruelmente sometida a la ruleta rusa de su despido. Y, por otro lado, la TV3: ¿Cómo es posible que en un mundo globalizado nos esté vetado todavía acceder a esta cadena?

Tampoco estaría mal que los Magos acuciasen a la Justicia para que se despejase el panorama tan agusanado de implicados y procesados. Va siendo hora de que cada acusado se acomode donde le corresponde, ya sea en el trullo o en el ostracismo, lo que en todo caso sería un desenlace ejemplar.

Ah, y una petición menor: la de un asesor lingüístico para el molt honorable, que maltrata por igual, eso sí, los dos idiomas hablados en el país.

Créanse que a poco que los Magos acojan estas súplicas contribuirán positivamente a la denodada campaña de prestigio que está desarrollando estos días la monarquía española, y merecerían incluso la gratitud de no pocos republicanos.

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