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“¿Aquí no se respeta el aforo, como en el Madrid Arena?”

Más allá de las aglomeraciones en grandes intercambiadores, la huelga se nota poco

Pilar Álvarez
Estación de Metro de Nuevos Ministerios.
Estación de Metro de Nuevos Ministerios.ÁLVARO GARCÍA

La mujer que protesta ha pasado más de 10 minutos aguardando en un andén repleto con cuatro filas apiñadas de viajeros en el andén de Príncipe Pío de la línea 10 de Metro de Madrid. En el tren al que acaba de entrar pasadas las ocho de la mañana no cabe casi ni el aire. “Pasen, pasen”, insiste el vigilante de seguridad que intenta poner orden en el mogollón. Y entonces la señora grita y se enfada: “¿Qué pasa? ¿Aquí no se respeta el aforo, como en el Madrid Arena?”. Otros viajeros se suman a la protesta mientras la puerta abre y cierra un par de veces. El metro está en huelga y en este vagón se nota.

Los trabajadores del suburbano han convocado hoy la primera jornada de protesta de 24 horas tras paros parciales que se repiten de forma intermitente desde el pasado septiembre. Protestan por la eliminación de la paga extraordinaria y por el incumplimiento de su convenio colectivo, que acaba de expirar. Durante dos horas (de seis a ocho de la mañana) se han sumado los empleados del servicio de autobús urbano de la Empresa Municipal de Transportes (EMT).

Más allá de las aglomeraciones en grandes intercambiadores, como el de Príncipe Pío, la huelga se ha notado poco durante la mañana por la falta de viajeros. Las esperas se han triplicado en los andenes, pero sin grandes aglomeraciones. Mucha gente sigue de vacaciones, hay poca demanda en estaciones principales como Sol o Atocha.

La huelga, desde Príncipe Pío.Foto: overonaelpais | Vídeo: EL PAÍS-LIVE

En Príncipe Pío, tras la partida del tren en el que ha subido la mujer enfadada, Juan justifica los paros. Es un trabajador y no tiene claro que quepa en el próximo tren (ya ha perdido uno), pero cree que “hay que respetar la protesta” porque los empleados de Metro y EMT están perdiendo dinero. “Me parece muy fuerte, muy fuerte”, replica una mujer unos metros más adelante, en el mismo andén. Ha salido de casa “tres cuartos de hora antes” para llegar a tiempo al trabajo. Se queja de que lleva desde verano aguantando protestas aunque paga su abono religiosamente. “Y todo para nada, no van a conseguir nada”.

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En Sol, uno de los andenes estaba a reventar al filo de las nueve de la mañana por la llegada de un piquete. “¡Manos arriba, esto es un atraco!”, gritaban antes de subir al tren hacia Cuatro Caminos. “No ha entrado prácticamente nadie a trabajar”, explica en el pasillo Ignacio Arribas, secretario de CC OO en Metro de Madrid. “Está siendo un buen día de paros, como el 31”. Los sindicatos convocaron 10 días seguidos de paros parciales seguidos hasta Fin de Año (excepto el día de Navidad). Y tienen por delante una jornada más de 24 horas, la más polémica, porque coincide mañana con la Cabalgata de Reyes, para la que Transportes ha fijado unos servicios mínimos de hasta el 90% en algunas líneas.

“No podemos garantizar esos mínimos, sobre todo en las horas de la mañana, cuando habrá intervalos de espera de más de 20 minutos porque todos los trenes se han concentrado para la tarde”, añade en el pasillo de Sol Teodoro Piñuelas, de UGT de Metro. La protesta del suburbano sigue hoy y mañana. A las seis de la tarde, volverán a coincidir con un paro parcial de autobuses.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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