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Luz, agua, transporte y peajes se encarecen entre el 2,5% y el 18%

Más de la mitad de los catalanes sufre para llegar a fin de mes La T-10, el título más utilizado, sube un 3,7% y costará 9,8 euros

Que suene el despertador, encender la luz, ducharse y coger el metro, el coche y pasar peaje o el Bicing para ir a trabajar es desde ayer más caro. El día a día de los catalanes se encarece de nuevo este año que empieza. Los aumentos de precio en servicios como el agua, la luz, el transporte público o los peajes se encarecen en porcentajes que oscilan entre el 2,5% y el 18%. Esta subida es la más alta (alcanza un 25% si se cuenta un año entero), corresponde al agua en el Área Metropolitana de Barcelona y llega tras la privatización de la empresa pública Aigües Ter Llobregat (ATLL). La subida del recibo de la luz es del 3%.

Las alzas de precio llegan tras el cuarto año marcado por la crisis, con más de 800.000 catalanes en paro y ya castigados por la subida del IVA aprobada el año pasado. Las entidades sociales y vecinales alertan de las nefastas consecuencias que puede tener la subida de servicios como el agua o la luz sobre el 29,5% de ciudadanos catalanes pobres, 2,2 millones de personas según la Encuesta de Condiciones de Vida y Hábitos de la Población de la Diputación de Barcelona. La misma que indica que el 57% de la población lo tiene crudo para llegar a fin de mes y el 12,7% no tiene ni para poner la calefacción, lo que se conoce como pobreza energética.

En el caso de la movilidad, la media del aumento tarifario en el transporte público metropolitano es del 2,7%. En realidad, todos los títulos de transporte suben en mayor porcentaje, pero la media cae porque el billete sencillo se mantiene en dos euros. La T-10, el título más utilizado, sube un 3,7% y costará 9,8 euros; y la T-50/30 sube un 4%, hasta los 39,20 euros. En el caso de los trenes de cercanías y media distancia, la subida media es del 3%.

Los peajes también suben de precio, un alza que oscila entre el 2,4% de los que dependen del Estado y el 3,5% de los que dependen de la Generalitat. En este capítulo, la excepción es el túnel del Cadí, cuyo precio baja un 7%.

En el caso de la ciudad de Barcelona, el Ayuntamiento ha aplicado un aumento de precios públicos del 3,1%, una subida que afecta, por ejemplo, a la entrada al Zoo, al parque de atracciones del Tibidabo o las instalaciones deportivas municipales. El consistorio, con todo, ha congelado tarifas como los abonos de los jubilados, de las personas con discapacidad o de los parados. También mantiene las ordenanzas fiscales.

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