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La inflación catalana se dispara por las medidas de austeridad

Las tasas universitarias y el euro por receta abren la brecha entre el IPC catalán y español El diferencial con la zona euro es el más alto desde 2006

Lluís Pellicer

Las políticas de austeridad están mermando el poder adquisitivo de los catalanes. Los ciudadanos reciben menos prestaciones y servicios de las Administraciones a causa de los recortes sociales y los empleados públicos incluso han visto reducido su salario al quedarse sin la paga de Navidad. Pero las subidas de impuestos y tasas también están encareciendo el coste de los productos y servicios que consumen. La intensidad de las medidas fiscales adoptadas en Cataluña para rebajar el déficit público han ampliado la brecha entre el Índice de Precios de Consumo (IPC) del conjunto de España y Cataluña hasta los 0,7 puntos. Los últimos datos de inflación, además, arrojan la mayor diferencia con la zona euro desde 2006.

Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación catalana cerró el mes de noviembre con una tasa interanual del 3,6%, inferior al mes anterior pero muy por encima de los valores de comienzos de año, entre el 2,2% y el 2,4%. También en España el IPC escaló, aunque lo hizo algo más tarde, en septiembre, como consecuencia de la subida de impuestos aplicada por el Gobierno de Mariano Rajoy. Aun así, el IPC catalán ha subido mucho más que el del conjunto de España, que en noviembre fue del 2,9%, y todavía más respecto a la zona euro, que cerró ese mes con una tasa del 2,2%. De hecho, Cataluña, la comunidad más inflacionista de España, supera a los países de la eurozona con mayor inflación al situarse por delante de Estonia (3,8%), Malta (3,6%) y Eslovaquia (3,5%), de acuerdo con los datos de Eurostat.

La razón que explica este diferencial se halla sobre todo en dos apartados: el de los medicamentos y la enseñanza y, de forma mucho más modesta, los hoteles y los restaurantes. Los precios de los fármacos aumentaron en noviembre el 21,3% respecto al mismo mes de 2011 en Cataluña, frente al 13,5% del resto de España. La última Nota de Coyuntura Económica elaborada por la Generalitat explica que el incremento se debe a “la aplicación de las medidas de copago” del Gobierno central. Pero eso solo explica una parte de la escalada, puesto que “en el caso catalán, además, se ha añadido la introducción del tique moderador”. La otra razón de la escalada del IPC catalán es la enseñanza, cuyo incremento fue del 14,7% en noviembre, frente al 10,4% de España a causa de la subida de las tasas universitarias.

El jefe del Gabinete de Estudios Económicos de la Cámara de Comercio de Barcelona, Joan Ramon Rovira, explica que hasta el mes de julio el desfase entre la inflación catalana y la española se iba cerrando, pero desde verano de este año esa brecha se volvió a abrir a causa de las medicinas y la enseñanza. “En Cataluña el sector privado tiene un peso más importante en esos sectores. Y las empresas reaccionan con mayor elasticidad”, asegura Rovira. Es decir, que las sociedades que prestan esos servicios trasladan con mayor rapidez a los precios las medidas de austeridad que adoptan las Administraciones.

El profesor de Economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), Josep Lladós, explica que en el incremento de la inflación tiene mucho que ver el aumento del coste de la enseñanza en Cataluña, que tiene un peso elevado en la ponderación del IPC de la comunidad. Lladós recuerda, además, que tradicionalmente Cataluña tiene un “diferencial” con el resto de España “por la estructura de consumo”, con más gasto en servicios más regulados y con menos competencia. De hecho, esa brecha fue una de las principales preocupaciones del primer tripartito, que creó una comisión de expertos presidida por el catedrático de IESE Antonio Argandoña para buscar medidas para reducir esa diferencia.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Economía de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera. Ha sido corresponsal en Bruselas entre 2018 y 2021 y redactor de Economía en Barcelona, donde cubrió la crisis inmobiliaria de 2008. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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