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Unió discrepa de Oriol Pujol y rechaza romper ahora las alianzas con el PP

CiU y los populares defienden su pacto en Reus pese a discrepar sobre la inmersión

Una silueta gigante, en favor de la inmersión, el pasado lunes, en la plaza de Sant Jaume
Una silueta gigante, en favor de la inmersión, el pasado lunes, en la plaza de Sant JaumeCARLES RIBAS

Unió marca distancias a diario con Convergència, su socio de federación. Oriol Pujol, número dos de los nacionalistas, dijo la semana pasada que su partido se estaba planteando romper los pactos que mantiene con el Partido Popular en diversas instituciones como la Diputación de Barcelona —donde gobiernan en coalición—, en la Corporación Catalana de Ràdio Televisión (CCMA) —la vicepresidencia la ostenta un cargo popular— o en el Ayuntamiento de Badalona gobernado por el PP y donde CiU respetó el principio de no interferir en la lista más votada. No parece ser esa, sin embargo, la estrategia preferida por Unió.

Josep Maria Pelegri, secretario general de Unió, afirmó que su partido no había hecho ese proceso de reflexión. El consejero de Agricultura pospuso cualquier análisis a que se selle el acuerdo entre CiU y Esquerra que dé estabilidad al Gobierno de Mas. “Para nosotros lo prioritario es la gobernabilidad del país”, dijo Pelegrí, que deslizó “no tener constancia” de que ERC hubiera condicionado el pacto a que CiU rompa con el PP.

Tras la tensa campaña electoral, en la que las relaciones entre CiU y PP quedaron hechas añicos, Unió celebró un consejo nacional en el que ya abogó por “rehacer los puentes con el PP”. Y ha vuelto a subrayar que CiU concurrió a las elecciones con el compromiso de convocar la consulta soberanista en esta legislatura, pero ha evitado hablar de fechas. “Todos debemos renunciar a los planteamientos que sean más partidistas y dar una imagen de seriedad y que la gente pueda confiar en el nuevo Govern”, insistió. CiU y ERC perfilan que el referéndum pueda celebrarse en 2014.

Mientras, en el Ayuntamiento de Reus (Baix Camp), tanto PP como CiU, que gobiernan en coalición, desafiaron ayer el ultimátum lanzado por Oriol Pujol, para seguir adelante con la alianza. Pujol condicionó el acuerdo local entre las dos formaciones a una declaración de la primera teniente de alcalde, Alicia Alegret (PP), a favor del catalán y reprobando el anteproyecto de ley de Educación de José Ignacio Wert. Sin embargo, el PP de Reus votó en contra de una resolución genérica en defensa del modelo educativo catalán. En el texto, impulsado por CiU, PSC y la CUP, se especifica que es inadmisible que el Gobierno “convierta la enseñanza en un conflicto político y en una nueva agresión contra los derechos de los estudiantes”.

Alegret se negó a respaldar la resolución, pero a pesar de ello el alcalde de Reus, Carles Pellicer (CiU), cerró filas en torno al pacto. “Hicimos un acuerdo de gestión y no ideológico, dentro del pacto aceptamos la diversidad y la discrepancia, la ciudad en este momento necesita estabilidad, y todo lo demás no es trabajar para Reus”, concluyó Pellicer.

Los socialistas impulsarán mociones municipales en favor de la inmersión para que quede constancia de las diferencias entre CiU y PP. El texto se votará en Badalona y en Tarragona, donde CiU y PP están en la oposición.

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