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Mas-Colell asegura que “el centralismo limita más a Cataluña que el déficit fiscal”

El consejero charla con Antoni Castells en la presentación del libro de Francesc Cabana

Lluís Pellicer

El equilibrio, o la falta de él, entre el poder político y económico de Barcelona y Madrid resumen más de un siglo de historia de España. Esas complejas y agitadas relaciones son las que trata de glosar el libro de Francesc Cabana Espanya, un pes feixuc? (Pòrtic), que ayer presentaron en el Ateneu Barcelonès el consejero en funciones de Economía, Andreu Mas-Colell y su predecesor en el cargo, Antoni Castells. Mas-Colell, quien recomendó el libro para “convencer a los no convencidos”, puso encima de la mesa el agravio del déficit fiscal. Sin embargo, advirtió de que esa no es la principal causa del “conflicto España-Cataluña”. “El centralismo nos limita más que el déficit fiscal”, advirtió el consejero.

Mas-Colell aseguró que el déficit que arrojan las balanzas fiscales es “muy alto”, si bien advirtió de que hay “un punto de ilusión óptica” con esos resultados, que consiste en la socorrida frase de que sin déficit fiscal no habría recortes presupuestarios. Mas-Colell admitió de que probablemente si no hubiera esa insuficiencia de recursos el sector público catalán tendría una mayor “dimensión” e igualmente debería “practicar políticas de austeridad”. Y, además, sostuvo que el déficit se podría ver compensado con “seis o siete años de crecimiento de Cataluña por encima del conjunto de España” o, visto de otro modo, “de dos años” de expansión económica del conjunto de España por encima de Cataluña. Por ello, el consejero prefirió incidir ayer en el “centralismo” español, sobre todo el “normativo”. “Es una camisa de fuerza”, remachó.

Antoni Castells recordó que el proyecto original del catalanismo consistía en lograr más autogobierno para Cataluña y “transformar el Estado español”. El exconsejero dio por “fracasado” el segundo objetivo, el de cambiar las instituciones españolas desde Cataluña. “Yo formé parte de un gobierno, presidido por Pasqual Maragall, que lo intentó”, lamentó Castells, quien agregó: “El proyecto de Pasqual Maragall fue la culminación y el agotamiento de ese objetivo”.

En su opinión, la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut dio al traste con esas aspiraciones. “España no quiere ser cambiada, al menos desde Cataluña”, afirmó. Aun así, y pese a que no quiso detallar la fórmula, Castells consideró que que “eso no quiere decir” que Cataluña “no pueda hallar otro tipo de encaje”.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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