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El jeque catarí dueño del Málaga empantana el puerto de Marbella

La Junta multa a Al-Thani por incumplir el contrato de la marina de La Bajadilla

Fernando J. Pérez
El jeque Al-Thani saluda a la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz en el antepalco de La Rosaleda en 2011.
El jeque Al-Thani saluda a la alcaldesa de Marbella, Ángeles Muñoz en el antepalco de La Rosaleda en 2011.Ayuntamiento de Marbella

Las administraciones públicas, que se pusieron a los pies del dueño del Málaga, el catarí Abdulá Al-Thani, cuando este desembarcó en la Costa del Sol en junio de 2010, están descubriendo ahora que no es jeque todo lo que reluce. A la complicada situación financiera del club de fútbol, al que la UEFA ha embargado todos los ingresos derivados de su rutilante estreno en la Liga de Campeones, se une ahora el estancamiento de la ampliación del puerto deportivo de La Bajadilla, en Marbella, otro de los grandes proyectos liderados por Al-Thani. Una inversión de 84 millones de euros se queda en el aire.

La Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), dependiente de la Junta, ha multado al jeque con 30.000 euros por no haber dado todavía el primer paso administrativo para diseñar, construir y explotar comercialmente durante 40 años la espectacular marina con 803 atraques para yates y cruceros. En el Gobierno andaluz están “en ascuas” ante los incumplimientos de Al-Thani, que apenas ha dado señales de vida desde que se le otorgó la concesión, en mayo de 2011.

Para concurrir a la licitación, la empresa de Al-Thani se asoció con el Ayuntamiento y la empresa municipal de puertos marbellí. En la unión temporal de empresas (UTE) que crearon, la compañía del jeque tenía el 97% del peso y los entes locales el 3% restante. La participación municipal en el accionariado era escasa, pero el impulso político que recibió el proyecto de Al-Thani por parte del consistorio de Ángeles Muñoz (PP) fue notable. El jeque, que elevó la inversión a 400 millones de euros, se impuso al otro aspirante, un consorcio de empresarios locales de la Costa del Sol.

Sin embargo, desde la adjudicación “no se ha cumplido ninguno de los términos del contrato”, afirman fuentes de la APPA. El primer deber que tenía Al-Thani era convertir la UTE en una nueva sociedad, que sería la titular de la concesión y la responsable jurídica de todo el proyecto. El empresario catarí trató de constituir esta mercantil en su país, lo que fue rechazado por la APPA. Posteriormente, quiso subsanar el error, pero ya era tarde, según fuentes del organismo autonómico. El plazo límite se cumplió el pasado marzo.

El pliego de condiciones estipulaba que el capital social de la sociedad concesionaria debía equivaler al 25% del total de la inversión, es decir, 21 millones de euros. Sin embargo, Al-Thani ha vuelto a saltarse el contrato y pretende reducir el capital a la cuarta parte de esta cantidad.

En cualquier caso, el jeque aún no ha constituido sociedad alguna ni puesto un solo euro para este fin, por lo que ha sido multado con 30.000 euros. Transcurrido el plazo de pago, la sanción no ha sido ni abonada ni recurrida por los representantes legales del jeque, según fuentes de la APPA. De momento, la Junta no se plantea rescatar la concesión administrativa: “Haría falta que se diera una situación evidente de rebeldía, que todavía no se ha dado”, afirman en el Gobierno autónomo.

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Una nutrida lista de infracciones

El proceso administrativo de la concesión del puerto marbellí de La Bajadilla es la historia de un gran incumplimiento. Además de la no constitución de la empresa concesionaria, el jeque Al-Thani ha pasado por alto otros puntos cruciales del contrato.

La segunda infracción tiene que ver con la redacción del proyecto de ampliación del puerto. Los enviados del jeque presentaron los mismos bocetos que ya habían enviado a la Junta para concurrir a la licitación de la marina. Estos documentos carecen del grado de detalle y desarrollo de un proyecto técnico, como se exigía. La Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA) concedió un nuevo plazo hasta el pasado 17 de octubre. Y una vez más, obtuvo el silencio por respuesta. Esta nueva vulneración de los acuerdos le ha valido un nuevo expediente sancionador con 25.000 euros de multa contra el que tampoco ha alegado.

Finalmente, el jeque no ha pagado los 750.000 euros correspondientes al primer año de la llamada “retribución concesional”, el canon que se abona al Gobierno andaluz a cambio de explotar comercialmente el puerto durante 40 años. Si no ingresa esta cantidad antes de que acabe 2012, el jeque se expone a una nueva sanción, según fuentes de la APPA.

Al margen del contrato, de mayo de 2011, existe otra cuestión que la Junta considera “grave”. Tras recibir Al-Thani la concesión, la actividad del puerto de La Bajadilla ha quedado prácticamente paralizada: “No paga a los proveedores del puerto ni a las empresas de marinería, vigilancia y control. Tampoco cobra por los atraques o las autorizaciones a negocios”. La Bajadilla dispone de la mayor marina seca de Andalucía y la explotación de los negocios de tierra podría generar unos ingresos anuales de aproximadamente un millón de euros, suficientes para hacer frente a la retribución concesional, según la Junta.

En la APPA temen que el empresario catarí esté atravesando dificultades financieras que comprometan el proyecto de La Bajadilla. También ha habido especulaciones de que el jeque está tratando de vender su participación en el futuro equipamiento turístico, que permanece empantanado y sin fecha de comienzo de obra.

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Sobre la firma

Fernando J. Pérez
Es redactor y editor en la sección de España, con especialización en tribunales. Desde 2006 trabaja en EL PAÍS, primero en la delegación de Málaga y, desde 2013, en la redacción central. Es licenciado en Traducción y en Comunicación Audiovisual, y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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