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REAL SOCIEDAD

Montanier, mejor presionado

El técnico francès reacciona tras fracasos con victorias en campos significativos

El País

Philippe Montanier se desenvuelve mejor cuando se siente presionado. Es la conclusión más recurrente para explicar los sorprendentes biorritmos de la Real Sociedad que entrena durante la actual temporada. La goleada del pasado sábado en Valencia, como reacción al fiasco de la Copa ante el Córdoba, es la última muestra. Pero tiene más. El equipo blanquiazul es capaz de golear con sorprender al Málaga en su campo, pero encajar dos goles ante un equipo de Segunda y complicarse la vida hasta el borde de su eliminación. Podría decirse que cuando Montanier siente en el cogote la fría reacción del público anuncia el preludio de una catarsis.

Con todo, Montanier no acaba de serenar los ánimos de Anoeta, pero el equipo sigue teniendo velocidad de crucero en la Liga. Parece jugar en exceso con la capacidad de reacción del equipo y es verdad que la táctica no le está dando mal resultado. Sin duda, para un sector mayoritario de la afición no ha conseguido desprenderse todavía de la duda sobre su gestión deportiva, aunque los resultados evidencian que ha consolidado al equipo desde el retorno a Primera. Pero se escuchan demasiadas muestras de desaprobación hacia este entrenador francés, que jamás ha vuelto la cara a los problemas y que sigue firme en sus apuestas.

Es verdad que el entorno de la Real Sociedad no sabe a qué carta quedarse con su actual técnico. Un equipo capacitado para sorprender al europeo Málaga tiene potencial suficiente, a priori, para hacer siquiera un gol a Osasuna, pero no lo consigue. De la misma forma que un equipo dotado de una artillería capaz de pulverizar al Valencia de Pellegrino no debería tener problemas para sacar sus partidos en campo propio ante rivales de inferior nivel, y, en cambio, es incapaz. Con el paso del tiempo, Montanier no consigue que la inseguridad desaparezca de Anoeta. Como si le gustara vivir en el filo de la navaja.

Tras la victoria en Valencia, que ha supuesto la caída de Pellegrino en favor del regreso de Ernesto Valverde a un banquillo que no sea el del Athletic, la Real Sociedad vuelve a recuperar el ánimo que se antojaba alicaído tras el batacazo que supuso quedar fuera, un año más, de la Copa y más a consecuencia de un partido tan deplorable como el segundo tiempo. Vaya, que la esperanza ha renacido en Anoeta aunque nadie quiere hacer cuentas porque está acostumbrado a los cambios de ánimo, forzado por resultados antagónicos que, en ocasiones, resultan incomprensibles.

El entrenador francés parece acostumbrado a vivir al filo de la navaja

Ahora, la tranquilidad ha vuelto y apenas ha tardado cuatro días en cambiar el ánimo interno del club, donde la eliminación de la Copa había sentado realmente muy mal. No obstante, el golpe de mano en Valencia confirma las posibilidades del equipo, asienta el modelo que pretende Montanier y es innegable que la afición, incluidos los más críticos, empiezan a mirar hacia arriba. Además, fue una jornada feliz con dos manos bien distintas: de un lado la victoria 2-5 en Valencia y de otra la derrota del vecino Athletic 5-1, en Barcelona.

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