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Tidus, un perro quemado

La policía investiga a los autores de atar y prender fuego a un pastor belga en Valencia

Una imagen de Tidus a los pocos días de ser quemado.
Una imagen de Tidus a los pocos días de ser quemado.ARANZAZU GÓMEZ

La foto no es un montaje. El perro que aparece, un pastor belga de poco más de un año de vida llamado Tidus, expone cabizbajo su magullado cuerpo. Son las heridas provocadas por un fuego extendido por toda la superficie de su piel. No proviene, presuntamente, de ninguna acción heroica que lo inmortalice en cámara lenta, sino de un posible delito de maltrato animal que ahora investiga la policía por vía penal y que puede suponer una multa de 6.000 a 18.000 euros.

Lo hechos se remontan al pasado día 13 de este mes. Aquel martes, Aranzazu Gómez, la dueña, dejó, como hacía puntualmente, que el perro deambulara solo por las inmediaciones de su casa. Eran las ocho y media de la tarde y arrastraba la correa. "Sale porque dejan comida para los gatos", explica, "y al rato vuelve. Yo tengo un nene de seis años y mientras le hago la cena a veces se queda merodeando fuera". Pero pasó el tiempo y Tidus no volvía. Al final, hacia las nueve y media, Aranzazu fue a buscarle y no le veía por la zona. A lo lejos escuchó los alaridos reconocibles de su perro. Se acercó hasta un descampado a 500 metros de su residencia en Benimamet (Valencia). Allí estaba Tidus atado a una de las vallas metálicas y "pulverizado, achicharrado".

En cuanto lo liberó, explica, "salió corriendo desesperado". Al llegar de nuevo a su domicilio lo cubrió de una sábana empapada y le dio una pastilla para que pudiera dormir. Al día siguiente, nada más levantarse, lo llevó a la veterinaria de Modepran, la protectora donde lo había adoptado. "Le atendieron un par de personas y estuvieron dos horas con él", cuenta. Al acabar se dirigió a la comisaría de Burjassot y puso una denuncia. Ahora le toca "esperar" a que encuentren y "que paguen por lo que han hecho. Más que nada para que no vuelva a pasar de nuevo", entona benevolente aunque sin mucha confianza: "Si fuera una persona sí que se moverían, pero al tratarse de un animal..."

Amparo Requena, abogada de la protectora de animales, se muestra más beligerante. "Queremos que se sepa que un chaval que empieza a hacer esto con animales luego pasa a personas". Requena apunta la "enorme" importancia de sacar el caso a la luz y de que "salten las alarmas". "Se ha demostrado que los psicópatas comienzan a hacer el bestia con animales", indica con vehemencia. Lejos de convertirlo en un hecho aislado o en una gamberrada sin tan crueles pretensiones, la abogada está convencida de que el algo grave: "Es un indicador tremendo de que tenemos un problema social muy serio".

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