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Mas desbloquea los nuevos parques eólicos días antes de las elecciones

La Generalitat aprobó 16 complejos pese a la suspensión decretada por los tribunales El plan 'aparca' seis instalaciones en el Empordà

Dani Cordero
Torre eólica en el parque de Rubió, en Igualada.
Torre eólica en el parque de Rubió, en Igualada.Carles Ribas

La Generalitat ha dado con la fórmula para sortear a la justicia y desencallar la implantación de nuevos molinos de viento en Cataluña. La dio por buena el martes, en su última reunión antes de las elecciones y sin hacer apenas ruido, al aprobar el nuevo plan de zonas de desarrollo prioritario de parques eólicos.

El proyecto habilita seis áreas en las que se podrán construir 16 parques. De esa forma, el Gobierno se resigna a dejar temporalmente en el cajón una de las zonas más polémicas de las que fueron aprobadas en 2010: la del Alt Empordà. A cambio se asegura poder iniciar las tramitaciones y la construcción del resto de parques, que fueron adjudicados a grupos empresariales hace un año.

El Departamento de Empresa argumenta que los trágicos incendios del pasado verano le obligan a realizar nuevos análisis en el área ampurdanesa en materia de urbanismo y medio ambiente para validar su idoneidad para acoger parques eólicos. No parece que pueda ser una decisión definitiva, ya que Red Eléctrica Española (REE) tiene diseñadas las conducciones que se utilizarán para evacuar la energía generada en los seis parques eólicos previstos en la zona.

La decisión tomada por el ejecutivo de Artur Mas no es más que un atajo para sortear el parón en el que se encontraba el proyecto que aprobó el Tripartito y que suspendió de forma cautelar el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) en marzo de 2011. El Gobierno recurrió ante el Supremo, pero era consciente que la sentencia definitiva no iba a llegar a tiempo, por lo que reemprendió el camino por una ruta secundaria. En los últimos meses, la Generalitat ha elaborado la evaluación estratégica ambiental que no incluía el mapa eólico aprobado inicialmente, argumento sirvió a las plataformas ecologistas Empordà ARA y IAEDEN para ir a los tribunales y bloquear el proceso.

Cataluña solo tiene el 20% de la potencia eólica prevista para 2020

Más allá de aparcar el parque eólico del Alt Empordà y de incluir el estudio ambiental global que reclamaba el TSJC, el resto del plan aprobado por el Gobierno de CiU es calcado al que desarrolló el Tripartito. Su reedición y aprobación da vía libre a construir parques con una potencia total instalada de 589 megavatios (MW).

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 [TEX]El desbloqueo del mapa eólico era una de las obsesiones del director general de Energía, Josep Canòs. Él, como el conjunto del sector, veía imprescindible dar ese paso para ir aproximándose a los objetivos marcados por el Plan de la Energía que el Gobierno catalán ha aprobado este mismo año. Según ese documento, Cataluña tendrá 5.153 megavatios generados por molinos de viento en 2020, mientras que en la actualidad solo cuenta con una quinta parte de ese objetivo. Con esa potencia instalada, la comunidad podrá dar cumplimiento a los objetivos en materia energética de la Unión Europea, que establecen que el 20% de la energía demandada provenga de fuentes renovables.

No todas las soluciones para alcanzar ese objetivo están en manos de la Generalitat. Además de la paralización judicial a la construcción de nuevos parques, la supresión de nuevas asignaciones de primas a las renovables decretada por el Gobierno central también juega en contra del proyecto de la Administración autonómica. Ese obstáculo, que hace inviables la inversión en nuevos parques, sigue sin resolverse y es una de las mayores preocupaciones de los actores del sector.

La patronal del sector celebra el “paso importante” dado por el Gobierno

Hace dos años, la Generalitat cuantificó en 1.250 millones de euros las inversiones necesarias para construir todos los parques asignados en el nuevo mapa eólico. A esos recursos se tendrán que sumar otros, porque Canús señaló el pasado mes de abril que a partir de 2015 se daría el espaldarazo definitivo a la instalación de molinos de vientos, con el permiso a instalar otros 2.500 megavatios. Para ello, la Generalitat tendrá que aprobar al menos otro mapa.

EolicCat, patronal del sector, celebró la decisión del Gobierno catalán. “Supone un paso importante para desencallar el sector eólico catalán y el desarrollo de esta energía renovable en Cataluña”, señaló.

Pese a que se queda sin la posibilidad de construir y explotar los seis parques del Alt Empordà, que también se había adjudicado, la alianza empresarial entre Gas Natural y Alstom continuará siendo la más beneficiada por el reparto que hizo la Generalitat en el concurso, en el que se presentaron hasta 57 ofertas. Ambas empresas se adjudicaron los cuatro parques de la zona II, la que tendrá mayor potencia instalada con 186 MW en las comarcas de la Segarra y Conca de Barberà. Asimismo, explotará la de Terra Alta, con 90 MW distribuidos en tres parques.

Fersa y Aventalia explotarán otros 153 MW del nuevo mapa, correspondientes a la zona prioritaria de Ribera d'Ebre y Baix Camp (tres parques y 120MW) y al parque que se levantará a caballo del Alt Penedès y el Alt Camp. Por su parte, FCC desarrollará tres paques en Anoia y Segarra, con 99 MW, y la alianza de Comsa Emte y GERR se envargará de los dos que se construirán en las comarcas del Segrià y Ribera d'Ebre.

La autorización para construir nuevos parques por parte de la Generalitat no garantiza, no obstante, que la justicia vuelva a bloquear la construcción de parques eólicos. En las últimas dos semanas, el TSJC ha declarado ilegales dos parques al considerar que el Gobierno catalán, en 2005, vulneró la normativa urbanística. Ese ha sido el caso para los 27 molinos que conforman el parque de la Serra de Volobí, en la comarca de Les Garrigues, y para los 33 aerogeneradores que forman del de El Tallat, en Urgell.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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