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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Los rusos y los chinos nos rescatan

Mira por donde la piedra filosofal existe, la teníamos delante, era el propio ladrillo

El de ayer fue un gran día. El Gobierno y la banca han encontrado la vía para que España salga de la crisis. Es, sin duda, una acción superestudiada, perfectamente sincronizada y anunciada por ambas partes en sendos desayunos informativos. Evidentemente estas cosas no se improvisan y menos viniendo de tan reputadas instituciones como son el Gobierno y la banca.

Supongo que será la noticia de primera página de hoy que es cuando se reúne la correspondiente comisión interministerial que preparará los decretos con los que en los próximos meses se acabará la crisis. Y es que una crisis como esta solo se elimina por decreto y más con un Gobierno como este, cuyo segundo escalón está lleno de abogados del Estado puestos por la buena de Soraya Sáez de Santamaría. Y otra cosa no, pero saber hacer decretos saben un rato. Recapitulemos lo que pasó ayer. Por un lado el presidente de la Asociación Española de Banca, Miguel Martín, se pronunció a favor de dar más créditos y construir más casas para salir de la crisis. Por otro lado y antes de que los escépticos y aguafiestas pudieran recordarle que en España hay un stock de entre 700.000 y un millón de viviendas sin vender, el secretario de Estado de Comercio, Jaime García-Legaz se apresuraba a anunciar que el Gobierno de Mariano Rajoy está dispuesto a dar el permiso de residencia a cambio de la compra de un piso. Y es que aunque parezca que no se entere, este Rajoy es más listo que un gorrino pachón.

El precio mínimo para tener piso, con derecho a permiso de residencia (y en su caso vistas al mar) sería de 160.000 euros. Según el secretario de Estado es “un nivel equilibrado” que “tampoco daría lugar a una demanda masiva de permisos de residencia”, ya que, en su opinión un precio inferior podría servir de “excusa” para obtener la residencia. Es decir que no hay peligro de que se nos apalanquen los que vienen en patera, ya que como ha explicado García-Legaz esta iniciativa está especialmente enfocada al mercado ruso y chino.

Mira por donde la piedra filosofal existe, la teníamos delante, era el propio ladrillo. Y si con el ladrillo crecimos y con el ladrillo nos hundimos, el ladrillo será quien nos salven. Que vengan rusos y chinos a llenar las playas desde cabo de Creus a Santa Pola y de Torrevieja hasta Ayamonte. Y aunque seguro que ahora la izquierda plañidera pondrá el grito en el cielo en nombre de los derechos humanos, que supuestamente se le niegan a los otros emigrantes, o se lamentarán, como fariseos, del peligro de que con esta medida se facilite el blanqueo de capitales y la llegada de mafiosos, reconocerán que la jugada es genial. Sólo me queda una duda ¿los 160.000 euros del ala tendrán que pagarlos en crudo o será la banca española la que, de nuevo, de facilidades crediticias?

PS. Otra cosa. Muy bueno lo de la señora Barberá sugiriendo, en la presentación de los presupuestos municipales, que los manifestantes deben pagar por la limpieza de las calles tras las protestas. Además de llamar guarros a los que protestan, es toda una cortina de humo con la que esconder el recorte en las aportaciones de la Generalitat de su compañero Alberto Fabra y de las inversiones en Valencia del Gobierno de Rajoy y sobre todo, de distraer la atención sobre la subida en ciernes del Impuesto de Bienes Inmuebles.

https://twitter.com/ManuelPeris

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