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Los ‘responsables’ de la tragedia

El juez ha imputado a un edil del Ayuntamiento de Madrid, al organizador del evento; y a los encargados de seguridad

El juez que investiga el caso Madrid Arena ha imputado al edil Pedro Calvo como responsable político de la gestión del pabellón municipal; al organizador de la fiesta en la que perdieron la vida cuatro jóvenes el 31 de octubre, Miguel Ángel Flores; y a dos empresas encargadas de la seguridad y el control de aforo, que la policía cree “sobradamente sobrepasado”. Estas son las sombras sobre ellos:

» Pedro Calvo. Como edil de Economía, era el responsable desde enero de 2012 de la empresa municipal Madrid Espacios y Congresos, gestora del pabellón Madrid Arena. Calvo encargó en mayo un informe sobre la seguridad en los edificios de la empresa. Lo recibió el 19 de octubre, según el Ayuntamiento, que añade que se subsanaron entonces las deficiencias “menores” en el Madrid Arena. No se solventaron los fallos detectados en 2010 por técnicos de Urbanismo, que le denegaron la licencia de funcionamiento.

El Gobierno de Ana Botella mantuvo sin embargo abiertos otros recintos en los que también se detectaron en octubre fallos de seguridad. Una semana después de la tragedia, decidió cerrar el Palacio de Cristal de la Casa de Campo y el Palacio Municipal de Congresos. En este segundo recinto, actuaron Les Luthiers hasta el día 21 de octubre.

» Miguel Ángel Flores. Madrid Espacios y Congresos firmó el 24 de octubre un contrato de alquiler del pabellón Madrid Arena con la empresa Diviertt, cuyo responsable es Miguel Ángel Flores. Flores comunicó al Ayuntamiento tras la tragedia que había vendido 9.650 entradas para un aforo máximo de 10.700. Sin embargo, las pesquisas policiales determinaron que el aforo se excedió. Eso pudo ocurrir por dos causas: que entrara más gente de la permitida al recinto (o bien saltándose el control de acceso, o bien con entradas falsas o vendidas dos veces), o que el aforo interior estuviera mal distribuido. Diviertt responsabiliza de “la seguridad integral” del recinto, es decir, tanto dentro como fuera del pabellón, a la empresa Seguriber. Explica que, a voluntad propia, contrató a 63 controladores de Kontrol 34.

» Seguriber. Está contratada por el Ayuntamiento para vigilar el recinto los 365 días del año, y fue subcontratada por los organizadores para la fiesta. Elaboró el plan de seguridad del evento, validado por el Ayuntamiento, y en el que consta que 38 guardas vigilarían los alrededores del Madrid Arena, dentro ya del control de acceso pero fuera del pabellón. Asegura que los tornos de acceso y el control de acceso eran responsabilidad de Diviertt, puesto que en su contrato sólo constaba la vigilancia del exterior del recinto.

» Kontrol 34. Pese a que aparece en los papeles del Ayuntamiento como contratada para el control de los accesos y el aforo, la empresa, que tiene dos propietarios, asegura que solo suministró 63 controladores a Diviertt. Estos, porteros de discoteca, debían vigilar los accesos, con la ayuda de otra empresa, Dato; y que el aforo dentro de los tres niveles del pabellón no se sobrepasara porque un exceso de gente bajara a la pista, donde sólo cabían 3.680 personas del total de 10.700 permitidas en el recinto. Por ley, no tienen competencias de seguridad dentro del recinto, por lo que, según todas las versiones, nadie debía estar cumpliendo esa tarea.

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En los tornos de acceso, fuentes con acceso a las cámaras de seguridad aseguran que, esa noche, empleados con petos amarillos recogían las entradas en cajas y luego se las llevaban a un destino desconocido. La sospecha de otras fuentes consultadas es que pudieran haberse revendido.

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