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La cultura clama contra el desprecio

Los recortes, los despidos y la falta de diálogo de la Generalitat movilizan a todo el sector

Protesta del pasado mes frente el Teatro Talía de la Plataforma por la Cultura.
Protesta del pasado mes frente el Teatro Talía de la Plataforma por la Cultura.JOSÉ JORDÁN

Mientras el exconsejero de Cultura valenciano Fernando Villalonga, en su nuevo avatar como responsable artístico del Ayuntamiento de Madrid, centra su política en un ambicioso plan estratégico de la ciudad (Pecam), con jornadas de participación de los sectores implicados y de la ciudadanía (¡y hasta algún experto valenciano!), la actual consejera de Cultura, Turismo y Deporte, Lola Johnson, defiende como puede su drástica reducción presupuestaria (la mayor de la Generalitat) y la liquidación del sector público cultural en el macroholding CulturArts, sin abrir vías de consenso y diálogo. No es extraño, por tanto, que actores, músicos, cantantes, editores, libreros, artistas visuales, cineastas, galeristas, críticos de arte, gestores o técnicos salgan a la calle para gritar no solo contra los recortes y los despidos, sino también contra lo que consideran el desprecio a la cultura.

Los manifiestos y las protestas ocupan en la Comunidad Valenciana el espacio destinado al debate. La asociación Actors i Actrius Professionals Valencians (AAPV) ocuparon el escenario del teatro Talía el 4 de noviembre para denunciar en un manifiesto “la pésima gestión” de los espacios públicos, el “abandono” de las políticas culturales y el “despropósito” de las medidas adoptadas “con la excusa de la crisis”. Añadían una sencilla petición a los responsables políticos: “que escuchen las necesidades reales del sector y aporten soluciones reales a los problemas”. Y un grito: “Que se reúnan con TODO el sector y TODAS las partes implicadas que forman el Observatori de les Arts Escèniques Valencianes”.

1.800 firmas respaldan la continuidad de la Filmoteca

“No es cuestión de dinero, sino de mala gestión y de negativa a sentarse a dialogar; si lo hicieran se ahorrarían protestas y podrían convencernos”, sostiene Juli Disla, secretario general de AAPV. En el manifiesto, piden la dimisión de la directora de Teatres de la Generalitat, Inmaculada Gil Lázaro, una demanda reiterada desde el sector teatral.

En realidad, desde el 19 de octubre, fecha de aprobación del Decreto Ley de reestructuración del sector público, Teatres se denomina CulturArts, siendo la única entidad del nuevo consorcio cultural de la Generalitat que conserva “su personalidad jurídica, patrimonio propio, recursos y plena capacidad de obrar” en el desarrollo de “la política de la Generalitat en el ámbito de la cultura, arte y ocio en general”. Por el contrario, la creación del holding supone la supresión de tres institutos, el de la Música (IVM), el del Audiovisual y la Cinematografía (IVAC) y el de Conservación y Restauración de Bienes Culturales. Se extinguen la mercantil Proyecto Cultural de Castellón y dos fundaciones: La del Palau de les Arts y la de La Llum de les Imatges, aunque el proceso de extinción e integración en estos casos es más engorroso. El funcionamiento de CulturArts será regulado por un reglamento pendiente de publicación y su órgano de gobierno es un Consejo Rector que habrá que nombrar. El proceso de integración “deberá estar culminado” el 1 de enero próximo.

En todos los organismos absorbidos por CulturArts se da por hecha la reducción de un 40% de personal y de presupuesto y en casi todos han surgido voces de protesta por su disolución, en especial en el IVM y en el IVAC, justamente aquellos cuya cuenta de resultados está saneada, al haberse ajustado a sus decrecientes presupuestos sin generar deuda. Teatres tiene un agujero de ocho millones de euros. En ambos casos, los trabajadores publicaron manifiestos reivindicando la autonomía e historial de sus instituciones.

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Es la administración del PP la que ha sobredimensionado plantillas con afines y ahora debe 'cortar cabezas'

En el primero, bajo el lema La música silenciada, alertaba sobre la pérdida de identidad de la entidad y el riesgo para proyectos tales como la Jove Orquestra de la Generalitat. En el caso de la Filmoteca, su Defensa del patrimonio audiovisual y el acceso a la cultura, leída también en una sesión de la Filmoteca, se ha visto respaldada la última semana por más de 1.800 firmas, tanto a título individual por parte de cineastas (la primera, de Manuel Gutiérrez Aragón), historiadores, investigadores de universidades españolas y extranjeras, críticos y profesionales en general, como institucional, desde museos a filmotecas españolas y europeas. Como el propio presidente de la Asociación de Cinematecas Europeas (ACE), Nicola Mazzanti, que dirigió a una carta a Lola Johnson, mostrándole su “seria preocupación por la propuesta de reorganización y fusión” en CulturArts.

Muchos de los responsables afectados por este aggioarnamento critican la falta de consenso, de diálogo y, en definitiva, de información. Lo que sí se han efectuado son cuestionarios por parte de consultoras privadas destinados a los trabajadores para catalogar su puesto de trabajo con vistas a los despidos.

La misma Administración del PP que ha sobredimensionado las plantillas en fundaciones e institutos culturales con familiares y afines al partido es ahora la que debe cortar cabezas. Hace unos años, en el Palau de les Arts, se distinguía sobre todo en el área administrativa entre los colocados por su procedencia de los kikos, del Opus o de protegidos de nombres propios en el seno del PP, según relatan fuentes de la ópera. Todo ello cuestiona el criterio de profesionalidad que se aplicará a la hora de hacer la criba, según estas mismas fuentes.

Los trabajadores del Palau de les Arts, incluidos músicos de su excelente orquesta, también han hecho públicas sus protestas por los futuros despidos y por la incertidumbre que depara su inclusión en CulturArts, un holding que busca recentralizar y optimizar servicios y con el que la Consejería de Cultura pretende ahorrar un 20% de gastos.

El IVAM se ha salvado de su desaparición e inserción en CulturArts por razones de encaje jurídico de las donaciones realizadas al museo. Su directora, Consuelo Ciscar, ha hecho valer su influencia, pero no se ha salvado ni de la drástica reducción presupuestaria ni de los previsibles despidos. Tampoco se ha quedado al margen de las críticas de los colectivos como galeristas, críticos de arte y artistas visuales, que han vuelto a pedir la dimisión de la directora y la elección del cargo por un concurso de méritos.

También se critica que en la dirección del Museo de Bellas Artes San Pio V de Valencia —“la segunda pinacoteca de España”, según repiten responsables de la Generalitat— se haya nombrado directora a Paz Olmos, una funcionaria sin currículum académico en materia artística ni experiencia en la dirección de museos.

Decisiones así redundan en la sensación de desprecio hacia los profesionales valencianos de la cultura. Así lo ha denunciado también la Plataforma Valenciana por la Cultura, integrada por una veintena de asociaciones, que, aunque se constituyó a raíz de la subida de 13 puntos del IVA por parte del Gobierno, ha asumido un discurso unitario y muy crítico con el trato que recibe la cultura en la Comunidad Valenciana.

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