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“Espero que los Ayuntamientos y el Consell nos paguen algún día”

La directora de Casa Mediterráneo habla de los nuevos parámetros de la institución

Almudena Muñoz.
Almudena Muñoz.PEPE OLIVARES

Almudena Muñoz ha dado el salto de la gestión privada a la pública. Y admite que se nota mucho el cambio. Sobre todo, cuando se trata de dirigir una institución como Casa Mediterráneo, dedicada a la diplomacia pública que depende del Ministerio de Asuntos Exteriores y que cuenta con el apoyo de varios Ayuntamientos y de la Generalitat. Muñoz confía en que las instituciones colaboradoras paguen algún día el dinero que deben al consorcio de Casa Mediterráneo. La Generalitat tiene una deuda de 1,9 millones, el Ayuntamiento de Alicante 700.000, Benidorm 550.000 y Xàbia 200.000 euros.

Pregunta. ¿En qué situación asume la dirección de Casa Mediterráneo?

Respuesta. El reto es reorganizar la Casa en función de los nuevos parámetros de trabajo dando tanta importancia a la diplomacia pública en su vertiente económica y empresarial como las cuestiones culturales.

P. ¿La prioridad es terminar las obras de la sede?

R. Finalizar las obras de Benalúa es fundamental, necesitamos estar allí para tener un sitio donde los alicantinos puedan venir. Ahora organizamos actos en esta sede provisional pero tenemos un salón para treinta personas donde hacemos conferencias entrañables y divertidas, que se convierten en actos de mesa camilla donde todo el mundo interviene y pregunta, pero necesitamos más espacio.

P. ¿Qué falta de las obras de reforma de la antigua estación?

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R. Solo queda la instalación de rejas exteriores, la cubierta de la parte central y adecuar los cubículos para los despachos y salas de trabajo.

“La institución no está para pagar hoteles y viajes a los empresarios”

P. ¿Qué fechas baraja?

R. Se nos ha retrasado un poco, mi objetivo era que el 30 de diciembre estuviéramos allí, y no renuncio a ello.

P. ¿Qué va a suponer la nueva sede en cuanto al dinamismo de Casa Mediterráneo?

R. Será un revulsivo, tendremos un sitio donde recibir a la gente, hacer exposiciones, albergar actos, conferencias, películas o congresos.

P. ¿Y para Alicante?

R. Es curioso, yo no soy de Alicante y cuando digo que soy la directora de Casa Mediterráneo, muchos no saben lo que es. Quizá no estuvo lo cercana que debería estar a los alicantinos, pero cuando digo que soy la directora de Benalúa a la gente le encanta y me preguntan qué vamos hacer. Será muy importante para la ciudad, es un edificio emblemático y espectacular.

P. Pero asume la gestión en un momento de crisis y recortes presupuestarios.

R. Hemos tenido que acoplar muchas partidas presupuestarias, hemos quitado gastos innecesarios y otros necesarios también hemos suprimido.

P. Y la relación con otras instituciones.

R. La relación ha sido siempre buena y nos ayudan.

P. ¿Pero pagan lo que deben al patronato de la fundación?

“La nueva sede será un revulsivo cultural para la ciudad de Alicante”

R. No pagan, el único que cumple es el Ministerio de Asuntos Exteriores, pero el resto de Ayuntamientos y la Generalitat no pagan.

P. ¿Cómo hacen frente a esta deuda?

R. Malamente, reduciendo plantilla, quitando asesores, reduciendo gastos de publicidad y todo lo que se ha podido recortar se ha recortado. Espero que algún día paguen lo que deben.

P. Volviendo a las obras ¿cuánto se han rebajado respecto al proyecto inicial?

R. Muchísimo. Las obras finales eran casi siete millones de euros y solo hemos invertido casi tres. Con el final, llegaremos a 3,8 millones.

P. ¿Cómo ha sido el traspaso de papeles con la anterior directora?

R. Muy dura. La anterior directora estaba de viaje y me incorporé con lo que había en la mesa.

P. ¿Habrá un antes y después de la anterior gestión del organismo?

R. El cambio será total. No sé si antes había otros parámetros de trabajo más alegres desde el punto de vista económico, pero ahora eso no lo podemos hacer, y el propio concepto de las Casas como elemento de diplomacia pública también ha variado. Antes, Casa Mediterráneo estaba muy orientada a las cuestiones culturales y de diplomacia económica se hacía muy poco. Ahora será al revés. La situación de crisis en la que estamos así lo requiere. Antes había gastos que no se repetirán, por ejemplo los 150.000 euros para el Low Cost Festival en Benidorm.

P. ¿Y en una reunión con empresarios?

R. Tampoco, son 150.000 euros eso es imposible, es mucho dinero. La obligación de Casa Mediterráneo es conectar a los empresarios, dotar la infraestructura que necesiten para que negocien y se conozcan, pero no estamos para pagar los viajes y los hoteles de un montón de empresarios.

P. ¿Tiene países prioritarios?

R. Nos interesan todos, con Francia o Italia que son europeos hay otros canales de conexión. Ahora, por ejemplo, con Argelia estamos haciendo mucho porque es un país económicamente boyante y necesita la estructura empresarial española para su desarrollo. En Túnez, por ejemplo, están muy interesados en nuestro sistema de transiciones. En Egipto el problema es que tiene una situación política todavía no asentada, pero ya han mostrado interés por intercambiar inversiones relacionadas con el turismo ellos quieren desarrollar el turismo del Mar Rojo, y Turquía también estudian colaborar con nosotros en temas en temas sanitarios.

P. ¿Y la relación con el resto Casas del ministerio cómo es?

R. Estupenda, ahora creo que estamos más conectadas que antes hay un flujo constante, nosotros con casa Árabe y Sefarad tenemos contactos diarios.

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