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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Diez sugerencias acaso disparatadas al nuevo ‘lehendakari’

El Gobierno tiene que ser referente. Es posible cuadrar la ecuación financiera

1. Gasta, gasta más, pero gasta bien. En un ciclo depresivo recortar equivale a agrandar la depresión. El déficit no es un objetivo sino un parámetro. El objetivo es el estímulo y no la austeridad. Obsesiónate por el gasto, la financiación vendrá después. Pon la economía financiera al servicio de la economía real. Recorta cuando veas duplicidades o ineficiencias, pero gasta todo lo recortado en proyectos estimulantes.

2. Crea un Departamento de Exportación, el más importante de la legislatura y el más difícil, porque tenemos un euro alemán empeñado en lastrar nuestra competitividad.

Un Departamento sin despachos. No se trata de asesorar, sino de “hacer”, “gestionar” y “vender” (no país, sino bienes y servicios concretos made in Euskadi). Se necesita una red de personas “en la calle”, implantadas en países, regiones y/o sectores.

3. Para exportar hay que ser competitivo y la competitividad es una relación coste/beneficio. Mejorar costes significa hoy devaluar y devaluar sin moneda propia esreducir los salarios. Pues bien, evita que las empresas practiquen recortes salariales puros y duros. Al contrario, facilítales mecanismos y ayudas para que los empleados puedan capitalizar una parte de sus salarios en forma de préstamos participativos.

4. La competitividad del lado del beneficio se apoya en la innovación. Apoya con exageración y desmesura la investigación básica y la aplicada, el desarrollo tecnológico, la innovación en todas sus vertientes. Ayuda en esta tarea a las Universidades, las instituciones especializadas, las organizaciones empresariales, los centros tecnológicos.

No puede haber idea novedosa que no encuentre un lugar de acogida y evaluación. Sobre todo, es preciso acompañar en la gestión a los nuevos emprendedores: desde cómo se constituye una sociedad mercantil o cómo se registra una patente o una marca.

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5. Ocúpate también de la importación. ¿Importar qué? Actividades estratégicas productivas, know-how en áreas tradicionales y nuevas, tecnologías en el sector de la energía y del medio ambiente. Presta una atención especial a los que llamamos con algún desdén países emergentes. Tienen proyectos y dinero; y necesitan invertir en Europa. Envía a gente experta a la captura de estas inversiones.

6. Potencia dos industrias autóctonas de interés creciente tanto desde el punto de vista de la actividad como del empleo. Son el campo y el turismo cultural. Recuperar el caserío significa ayudar a la agricultura y a la ganadería, tradicionales o ecológicas, con asistencia en tecnología, financiación, distribución y primera transformación. La gastronomía, los museos, el cine y la música, el paisaje… Las posibilidades turísticas del país son inagotables.

7. Ninguna empresa vasca puede quedar asfixiada por falta de circulante. Obliga a las entidades bancarias que deseen participar en el pastel de las cuentas corrientes y otras bicocas de las Administraciones públicas a financiar al sector privado, especialmente al pequeño. Instrumenta el mecanismo de garantías necesario. Y sé valiente con la fiscalidad: ayuda a las empresas hasta el mismísimo borde de la legalidad.

8. Vas a necesitar financiación. Para empezar, desinvierte todos los activos materiales innecesarios. Incluso los que son de estricta necesidad, porque existen fórmulas originales para ello. Toma el ejemplo de la banca. Realiza operaciones de leaseback. Se trata de manejar el timing del ciclo. Dentro de cuatro o cinco años se habrán acabado las estrecheces. Y da entrada en tus empresas públicas, sin pérdida del control, a socios que sean interesantes tecnológica y financieramente.

9. La reforma tributaria, la lucha contra el fraude y la negociación del cupo van a contar, con toda seguridad, dentro de tus prioridades. Pero no deseches estas otras pequeñas ideas: recargos transitorios y finalistas (destinados a financiar proyectos concretos), tratamiento fiscal especial para donaciones finalistas, anticipo voluntario de impuestos, cuenta corriente fiscal del contribuyente con las Haciendas forales, promoción de fundaciones privadas para financiar proyectos públicos.

10. Todo lo anterior requiere, para su diseño y ejecución, de gente joven, caras frescas, equipos nuevos, bisoñez y entusiasmo, heterodoxia. Es preciso romper esquemas. Se necesita, además, alineamiento institucional: Gobierno y Diputaciones a una. Aceptar un órgano de coordinación (¿el propio Consejo Vasco de Finanzas?) con competencias decisorias. Y estimular la creatividad: inundando el país de foros que imaginen y propongan nuevas ideas.

Y a modo de mensaje final: O rompemos e innovamos, o nos condenamos a seguir la ruta que marcan Merkel y Rajoy, que conduce a la cola de Europa, que es la cola de la recuperación mundial. No basta con predicar la innovación. El Gobierno vasco tiene que ser ejemplo y referente. Es posible cuadrar la ecuación financiera. Somos pequeños y el tamaño nos da manejabilidad. Lo único que se requiere son ideas…y trabajo. Y como la experiencia demuestra, las buenas ideas sólo florecen entre la maraña exuberante de ideas inservibles. ¿Se anima el lector a aportar desde estas páginas sus propias ideas, acaso disparatadas?

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