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Junqueras elude toda crítica directa a los recortes de CiU

El candidato de ERC pide que la banca sea “juzgada”

No molestar a un potencial aliado. El candidato de Esquerra (ERC), Oriol Junqueras, ha decidido aparcar cualquier crítica explícita a CiU por los recortes sociales que ha aplicado durante estos dos últimos años. De esta forma, el líder republicano no quiere levantar muros entre ambas formaciones políticas ante un eventual acuerdo postelectoral que sirva para convocar un referéndum sobre la autodeterminación y especialmente para dar un impulso definitivo al proceso hacia la independencia, tan anhelado por ERC.

Desde que Junqueras cogió el timón de Esquerra ahora hace poco más de un año, los republicanos han acortado la distancia que históricamente han mantenido con CiU por desavenencias nunca superadas. Una de las metas de Junqueras ha sido limar estas asperezas con el principal partido nacionalista. Como presidente de ERC, Junqueras ha tendido la mano reiteradamente al gobierno de CiU, una oferta que la coalición ha rechazado sin cesar, optando por el PP como socio preferente.

A las puertas de una nueva legislatura, los jugadores continúan siendo los mismos, pero el tablero ha cambiado. ERC ve en el repentino viraje soberanista de Artur Mas una oportunidad de oro para convertirse, ahora sí, en su compañero de viaje. La formación republicana también busca pescar votantes aprovechando el punto auge que vive el independentismo y pasar así de ser la quinta a la segunda fuerza catalana. Esto le daría a ERC un papel clave que le permita llevar de la mano a CiU (no sea que ésta decida desviarse) hacia la meta soberanista.

Pero para cocinar este buen entente con Mas, Junqueras hace tiempo que renunció a criticar los recortes emprendidos por el presidente catalán. Tampoco lo hace ahora, en plena campaña electoral. ERC ha decidido delegar el discurso crítico a miembros de segunda fila o candidatos locales. Junqueras, como líder del partido, limita su discurso social a la reivindicación de un modelo económico más justo y una distribución de la riqueza. La banca también se está convirtiendo en blanco de sus críticas. “A la banca española no hay que salvarla, hay que juzgarla”, aseveró Junqueras ayer en un mitin en Vilanova i la Geltrú.

Menos miramientos tiene el candidato republicano a la hora de apuntar hacia el Gobierno central y acusarlo de espolio fiscal y de utilizar los impuestos catalanes para infraestructuras fallidas. “¡Que han un banco malo para rescatar un Estado malo! Y que a nosotros nos coja bien lejos”, propuso Junqueras.

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