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Mas se arma de cifras para vencer al temor a una independencia ruinosa

El líder de CiU promete dar rango de departamento a Asuntos Exteriores

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en la sede de CDC.
El presidente de la Generalitat, Artur Mas, en la sede de CDC.TONI ALBIR (EFE)

Con la plana mayor el Partido Popular desembarcada en Cataluña y avisando de la ruina que supondría para Cataluña su independencia, el presidente de la Generalitat, Artur Mas, se armó de cifras para justificar que “Cataluña sería perfectamente viable en caso de tener un Estado propio”. Con esta sentencia Mas pretende desactivar los argumentos contrarios a la secesión: la exclusión de Cataluña de la UE, la imposibilidad de asumir los costes de gestionar un Estado y el volumen de deuda y la cerrazón de los mercados internacionales.

Estas afirmaciones, repetidas por varios ministros y por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, son catalogados por Mas dentro de una “campaña del miedo”. El líder nacionalista acusó al Gobierno de “no entender nada” y de usar el miedo para esconder su propio temor “a que el pueblo de Cataluña ha dicho basta”. El líder de CiU cargó muy duramente contra el vídeo electoral del PP que bromeaba sobre la prohibición de apellidos castellanos en una Cataluña independiente. Mas aseveró que, bajo la broma, subyace la voluntad de dividir a Cataluña. Y se dirigó directamente a Rajoy: “De presidente a presidente: las bromitas pasan, pero dividir la sociedad catalana no lo toleraré”.

Pese a ser la comunidad más endeudada de España, el líder catalán sostiene que, en caso de ser independiente, Cataluña será un país puntero en la UE en 2020. “Con Estado propio, seríamos el séptimo país de la UE, el noveno en grado de apertura exterior y el duodécimo en I+D”, dijo en un mitin en La Seu d’Urgell. Todo garantiza, apostilló Mas, que Cataluña es viable “económica y socialmente” como país.

El presidente catalán fue muy cauto en sus argumentos, conocedor de que el votante de CiU más conservador es escéptico con la deriva soberanista del presidente: según el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, solo el 52% de los electores que votaron a CiU en 2010 optan por que Cataluña sea un Estado independiente.

Mas aseguró que Cataluña podrá pagar las pensiones —“estarán más garantizadas en el momento actual”— y que los mercados internacionales, que ahora desechan el crédito catalán, se fiarán del nuevo Estado. Aceptó que habrá que negociar qué parte de la deuda se queda Cataluña, pero también reclamó una parte del pastel estatal. Un equilibrio que permitirá, según Mas, que Cataluña siga a flote, contradiciendo la opinión de varios economistas.

CiU centrará la legislatura en convocar un referéndum sobre la autodeterminación. Mientras tanto, Mas prometió avanzar hacia las “estructuras de Estado” que quiere para Cataluña. Ayer prometió dotar a la comunidad de una hacienda propia que recaude los impuestos y aumentar la acción exterior. En su intención de internacionalizar el proceso catalán —de momento, sin suerte—, en la próxima legislatura un consejero asumirá la cartera de Asuntos Exteriores.

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