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Una ciudad andaluza en China

Arquitectos de Huelva y Sevilla ganan un concurso para crear una nueva urbe en el país asiático

Raúl Limón
El equipo sino-español que ha ganado el concurso para diseñar una nueva ciudad en China, durante una visita a Sodinur en Sevilla.
El equipo sino-español que ha ganado el concurso para diseñar una nueva ciudad en China, durante una visita a Sodinur en Sevilla.JULIÁN ROJAS

Diseñar desde cero una ciudad para 400.000 habitantes sobre 630 hectáreas con cinco universidades y todos los equipamientos necesarios para la población: escuelas, hospitales, viario, saneamiento, suministros, zonas comerciales, estadios, parques, áreas residenciales… Este singular reto ha sido asumido por un equipo de arquitectos andaluces de Baum y Sodinur en colaboración con West Line, de Guiyang, que ha ganado un concurso para crear una nueva urbe en el municipio chino de Dushan, de la región de Guizhou.

Es el sueño de cualquier arquitecto: un espacio en blanco para diseñar una ciudad que, si fuera andaluza, sería la tercera capital por número de habitantes. Pero también es una pesadilla porque las autoridades de Guizhou imponen ritmos de vértigo: la primera de las cinco universidades, con capacidad para 50.000 alumnos, debe estar en funcionamiento en agosto del próximo año.

Wei Haobo, arquitecto del equipo chino, coincide en que la mayor dificultad en la unión de dos culturas como la china y la europea en un proyecto semejante ha sido “la velocidad”.

“Si hay un proyecto, en China es posible. El dinero no es el problema”, afirma el arquitecto Miguel Gentil junto a sus compañeros Marta Barrera y Javier Caro, todos de 33 años, nacidos en Sevilla y Huelva, y que llevan desde junio sin levantar la cabeza del ordenador. Ahora está en fase de aprobación el planeamiento general propuesto y, una vez visado, comenzará a hacerse realidad el sueño.

Una recreación virtual de la ciudad diseñada por el estudio andaluz.
Una recreación virtual de la ciudad diseñada por el estudio andaluz.

“La zona a urbanizar”, explica Caro, “cuenta con una vía de tren, un tejido rural muy deteriorado y una montaña, que nos llegaron a ofrecer la posibilidad de volar”. “Sin embargo, nuestro proyecto la integra y la convierte en un gran parque, en un icono; fue algo muy valorado en el concurso”, añade Marta Barrera, la primera en abrirse al mundo chino y quien mejor conoce el idioma y las costumbres.

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Xie Jingsong, directora de West Line, destaca de la aportación española el “sentimiento”, la sensibilidad para “conjugar tradición y modernidad”.

La ciudad andaluza de China rompe con uno de los principales elementos comunes en la arquitectura asiática, la primacía de grandes infraestructuras para el tráfico rodado. El proyecto parte de todo lo contrario, grandes bulevares ajardinados que configuran una red verde de conexión peatonal y ciclista. Los vehículos a motor quedan marginados a vías de servicio y hasta el ferrocarril se convierte en una línea ajardinada. Incluso se ha previsto un gran anillo peatonal que une las fronteras de los barrios de la nueva ciudad universitaria, el parque central y las instalaciones deportivas.

Las manzanas urbanas también tienen algo de andaluz porque los tres arquitectos admiten que China tiene más en común con el europeo meridional de lo que parece. Por eso, según explica Marta Barrera, las zonas residenciales disponen de patios interiores para la interrelación de los vecinos. “Nuestra ciudad potencia la identidad cultural, la pertenencia a la zona”, añade Miguel.

Otro de los elementos claves de la ciudad para Dushan es la versatilidad. El equipo lo define como “estrategia de usos mixtos” y se fundamenta en la capacidad de los elementos proyectados para adaptarse a nuevos usos sobre la marcha, para responder con garantías a la improvisación china. Esta adaptabilidad les hizo posicionarse muy por encima de los equipos chinos y chino-australiano con los que competían. Wei Haobo lo corrobora: “En cinco años, una ciudad puede cambiar por completo”.

La ciudad prevé en su diseño zonas microclimáticas a partir de una distribución urbana específica que facilita la ventilación cruzada a partir de las corrientes naturales de aire, incluye paneles térmicos y fotovoltaicos, un ciclo sostenible de tratamiento hidrológico con zonas de captación de agua de lluvia en los edificios y sistemas de iluminación inteligentes.

Pero sobre todas las cosas, los socios chinos de esta aventura, que pretenden mantener viva con otros proyectos, destacan del proyecto el “corazón”, la importancia de lo humano, lo “no palpapable”, como concluye Xie Jingsong.

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Sobre la firma

Raúl Limón
Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense, máster en Periodismo Digital por la Universidad Autónoma de Madrid y con formación en EEUU, es redactor de la sección de Ciencia. Colabora en televisión, ha escrito dos libros (uno de ellos Premio Lorca) y fue distinguido con el galardón a la Difusión en la Era Digital.

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