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Amanece en Valencia, desayunamos en Dakar

El trío multicultural valenciano realiza su debut discográfico en La Rambleta este jueves 8 de noviembre

Diouke debuta este jueves en la Rambleta con una de las sorpresas musicales del año.
Diouke debuta este jueves en la Rambleta con una de las sorpresas musicales del año.

Muchos folclores se juntan en el trío Diouke, pero parece que son uno solo. De raíces africanas, sí, pero de raíces europeas también, mediterráneas en especial, y americanas. La profundidad de esas raíces está en sintonía con la profundidad de los conocimientos que tres músicos procedentes de culturas diferentes (francesa, senegalesa, valenciana) muestran y asocian para hacer la vida agradable a su alrededor. Lo hacen acariciando los oídos o invitando a bailar sin prisas en cualquier salón ingrávido. Es un si amanece en Valencia desayunamos en Dakar, rubricado con los timbres bien diferenciados de tres instrumentos que no parecían hechos para sonar juntos pero que aquí se llevan de maravilla,

De eso va Diouke, para quienes no les suene el nombre. Para quienes deseen conocerlos más de cerca, presentan su primer álbum en Espai Rambleta de Valencia el día 8 de noviembre. El disco es el primero con ese nombre, pero los miembros de Diouke no son unos recién llegados. Se trata de un nuevo proyecto del inquieto violonchelista Matthieu Saglio, que tiene en el músico senegalés Abdoulaye N'Diaye un papel preponderante y que no sería lo mismo sin el acento del acordeonista Carlos Sanchis, que ya ha dejado en otras bandas, como la mallorquina Abracanalla su impronta. O más bien se trata de una prolongación natural de las colaboraciones de éstos dos últimos con el primero en el proyecto Jerez-Texas, coincidiendo a veces en encuentros con artistas procedentes del flamenco y el cant d'estil. Se cumple así el deseo de Matthieu Saglio de asociar la kora al chelo, en un ambiente cálido, pero con una sobriedad sobre la que insistía Sanchis en la entrevista que concedieron los tres al excelente programa Los sonidos del planeta azul.

Lo que hacen en el taller de Diouke es trabar esos hilos culturales multicolores con gracia, elegancia y mecerlos en unos cadenciosos ritmos medios. Diálogo constante entre la kora y el violonchelo, amablemente, educadamente, sin predominio de uno sobre otro. Espléndidas acotaciones de los teclados o la armónica. A veces la iniciativa está en las cuerdas de Saglio, a veces en las de N'Diaye, con la voz de éste lista en cualquier momento para proyectarse con autoridad hacia afuera, como abriendo nuevas relaciones con el espectador o el oyente. En que la fluidez de ese diálogo interno se extienda al público está la clave de un concierto como el que ofrecen el próximo jueves en Valencia, anunciado con la presencia de algunos músicos más que participan en el álbum de debut.

Las composiciones son, en su mayoría, del korista, con arreglos de los otros dos integrantes de Diouke. No es cuestión de detallar el repertorio de una decena de buenas canciones que en poco tiempo ha cuajado el trío, pero si conveniente mencionar que precisamente la única que lleva estampada la firma de los tres y se llama Malengue es una maravilla que introduce de inmediato hasta al menos avisado en un universo singular, en un cuadro hecho a base de pinceladas de todos los tonos, tirando al jazz, tirando al flamenco, tirando al blues, tirando al barroco o a un lugar indefinido entre África y el Caribe.

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