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Vecinos y asociaciones denuncian el fin de un edificio singular de Campamento

Vecinos y asociaciones critican el abandono y demolición del Cuartel del Batallón de Zapadores El Ayuntamiento de Madrid ordenó a Fomento su demolición "por ruina inminente"

Derribo del Pabellón de Muñoz Grandes, esta mañana.
Derribo del Pabellón de Muñoz Grandes, esta mañana.CARLOS ROSILLO

Las asociaciones Madrid, Ciudadanía y Patrimonio (M.CyP), Grupo de Estudios del Frente de Madrid (Gefrema) y la Asociación de Vecinos de Carabanchel Alto denuncian que una pala retroexcavadora está acabando con un edificio singular de la capital desde el punto de vista histórico y arquitectónico: el Cuartel del Batallón de Zapadores de Campamento. Según sostienen, el inmueble, que pertenece a Sepes (Entidad Pública Empresarial de Suelo, dependiente del Ministerio de Fomento), está protegido dentro de los planes de actuación urbanística de la llamada Operación Campamento. El Ayuntamiento de Madrid, que admite que está "parcialmente protegido", alega que tenía peligro de derrumbe y que por eso ordenó a Sepes demolerlo.

"Los obreros empezaron a derrumbar el edificio el pasado miércoles y la explicación que nos dieron es que la demolición se debe a la ruina inminente del cuartel", explica a este periódico Luis de Vicente, arquitecto y vicepresidente de Gefrema. Este arquitecto y Vicente Patón, presidente de M.CyP, anuncian que llevarán su denuncia "a los organismos y entidades responsables de este derribo, exigiendo las responsabilidades derivadas de esta desacertada actuación". Juan García, de Ecologistas en Acción, añade que la semana pasada también se derribó una capilla en estos terrenos. "Ha sido una vejación absoluta por parte de la Administración. Han dejado que el edificio se deteriore durante todos estos años sin hacer nada", lamenta García.

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Desde el área de Urbanismo del Ayuntamiento de Madrid, un portavoz confirma a EL PAÍS que la propiedad está llevando a cabo la demolición del edificio y reconoce que "está parcialmente protegido". Según dicho portavoz, tras la última inspección técnica del Consistorio se "declaró el inmueble en ruina inminente". El informe de Urbanismo, elaborado a raíz de "denuncias de particulares" por el estado de abandono del inmueble según el Ayuntamiento, hablaba de riesgo de hundimiento de la cubierta, corrosión en viguetas, desprendimientos en fachadas y gran cantidad de escombros acumulados, sobre todo en las plantas superiores, entre otras deficiencias. Teniendo en cuenta además que se encuentra pegado a la carretera de Extremadura, "se dictó orden de demolición".

El edificio antes del derribo, en una imagen tomada del blog sobre la Guerra Civil Sol y Moscas.
El edificio antes del derribo, en una imagen tomada del blog sobre la Guerra Civil Sol y Moscas.

Tiene además, según las mismas fuentes municipales, un expediente municipal abierto desde 1999 tras una intervención de los bomberos por un desprendimiento y el Ayuntamiento ha emitido diversos requerimientos para que se proceda a su mantenimiento, que no se han ejecutado. Al respecto, una portavoz de Fomento indica que "a finales de octubre se recibió el requerimiento" del Ayuntamiento en el que se le ordenaba actuar "ante la declaración del edificio en estado de ruina física inminente" y Sepes actuó  de urgencia "para resolver esta emergencia".

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Qué es la Operación Campamento

La Operación Campamento, que prevé el derribo de antiguos cuarteles en la salida de Madrid hacia Extremadura y la construcción de 10.700 viviendas previstas, 7.000 de ellas protegidas, se puso en marcha jurídicamente en 2005, cuando los entonces ministros de Defensa, José Bono, y Vivienda, María Antonia Trujillo, y el entonces alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, firmaron un convenio para la construcción en dos fases de hasta 22.100 viviendas en esta zona militar en desuso al oeste de la capital.

El Ministerio de Defensa, propietario entonces de los terrenos, traspasó en octubre de 2011 a Fomento, a través de Sepes, casi un millón de metros cuadrados de este terreno y se convirtió en titular del 51 por ciento de la superficie a construir. En noviembre de 2011, Defensa recibió las licencias municipales necesarias para la demolición de los cuarteles.

Tras innumerables tropiezos, el desarrollo parecía avanzar el año pasado al traspasar el Ministerio de Defensa a una sociedad estatal por 150,5 millones de euros el 51% de los terrenos. Esos 2,11 millones de metros cuadrados junto a la carretera de Extremadura albergarían, además de viviendas, zonas verdes, equipamientos, etcétera. Sin embargo, a finales de octubre el Tribunal Supremo tumbó las 13.500 viviendas previstas en Arroyofresno y Campamento

El cuartel que está siendo demolido, en el kilómetro ocho de la A-5 y también conocido como Pabellón de Muñoz Grandes, fue construido en la década de los años veinte y llevaba años desocupado. Según el catálogo de edificaciones singulares del Colegio oficial de Arquitectos de Madrid, se trata de una “obra de reconocido valor e interés histórico" que presentaba "un vergonzante estado de negligente degradación, con una magnífica fachada al paseo de Extremadura, de elaborada y notable traza y estimable fábrica de ladrillo”.

Fue testigo de acontecimientos ligados a la sublevación militar de julio de 1936. Fue el lugar elegido por el general Miguel García de la Herrán para iniciar la marcha sobre la capital en conexión con los sublevados del Cuartel de la Montaña. La reacción de la aviación de Getafe y Cuatro Vientos, junto a la de los leales a la República en Campamento abortó la marcha.

Según las entidades denunciantes, este cuartel "siempre ha destacado por su peculiar valor dentro del conjunto de los anodinos pabellones militares que inundan esa zona y sin mayor valor arquitectónico que los meros de funcionalidad militar", muchos de ellos, añaden, ya derribados. Destacan además que en el plan parcial de reforma de los cuarteles de Campamento del año 2006 incrementó el nivel de protección de la Torre del Polígono de experiencias y del Pabellón de Muñoz Grandes, que pasaron de "nivel 3 grado parcial, a nivel 1 grado singular y nivel 2 grado volumétrico".

Recuerdan que en reuniones de esa época de la Comisión Institucional de Patrimonio Histórico Artístico y Natural, organismo consultivo que vela por el patrimonio arquitectónico de la Comunidad de Madrid, se trató este asunto y se observaba "el desvío y/o enterramiento de la autovía que resultara con el fin de respetar este edificio", por lo que "se entendió que el edificio quedaba a salvo de la piqueta". Sin embargo, agregan en un comunicado, la demolición muestra "la incapacidad de la Administración en respetar las normas que ella misma establece" puesto que "se está vulnerando" el Plan Parcial y se está atentando "contra un edificio singular de manera incomprensible".

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