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EH Bildu y PSE facilitarán la elección de Urkullu como guiño al diálogo con el PNV

Mintegi ve coincidencias en la relación con el Estado y discrepa en el económico

Las delegaciones del PNV (derecha) y EH Bildu, al inicio de su reunión.
Las delegaciones del PNV (derecha) y EH Bildu, al inicio de su reunión.SANTOS CIRILO

En la doble reunión de este martes del PNV con EH Bildu y PSE-EE para despejar el camino hacia la formación del nuevo Gobierno vasco, la principal conclusión de fondo es que Iñigo Urkullu tiene despejado el camino para convertirse en lehendakari. Al margen del resultado final de estos encuentros, ninguno de los dos primeros partidos de la oposición le complicará la elección al candidato nacionalista, que saldrá elegido, por tanto, en la segunda votación al carecer, en la primera, de mayoría absoluta. Como señaló gráficamente uno de los asistentes a estos contactos, mantenidos en Sabin Etxea: “no vamos a enredar”. Y en la forma, coincidencia sin excepciones en preservar el clima de diálogo sin apriorismos sobre todo porque será la pauta a seguir durante la décima legislatura.

Las dos primeras reuniones tenían un carácter exploratorio, casi de cortesía, de ahí que no se esperaran grandes conclusiones en ninguna dirección, como así fue. Suponía el punto de partida de posteriores contactos ya más definitorios y donde empezarán a despejarse las incógnitas que ahora mismo solo se intuyen. Así, unos y otros se limitaron a una interpretación del borrador de intenciones que presentó el PNV, resumido en diez folios, y que tomará cuerpo hoy a modo de programa una vez que concluyan las citas con PP y UPyD. En ambos formatos se ahondará en el espíritu que guiará la acción de gobierno de Urkullu sobre tres aspectos estratégicos: crisis económica, paz y libertad y marco jurídico.

La delegación socialista se encamina a Sabin Etxea. Desde la izquierda, Arriola, López, Pastor y Prieto.
La delegación socialista se encamina a Sabin Etxea. Desde la izquierda, Arriola, López, Pastor y Prieto.SANTOS CIRILO

En base a la duración de las dos primeras visitas, podría decirse que el PNV tiene más cosas de qué hablar con EH Bildu (75 minutos) que con el PSE-EE (tres cuartos de hora). En realidad, todo dependió del tiempo dedicado a las coincidencias. Con la coalición abertzale, las aproximaciones más inmediatas se circunscriben al ámbito identitario, al modelo de relaciones de Euskadi con el Estado del que seguirán hablando porque defienden frecuencias distintas; en cambio las diferencias, sensibles, están, como se preveía, en la apuesta económica, precisamente el epicentro más determinante del discurso de Urkullu. Con todo, la candidata de EH Bildu Laura Mintegi, al frente de una delegación sin presencia de Aralar y Alternatiba, destacó el ambiente “cordial” y las “ganas” del futuro lehendakari para llegar a “acuerdos amplios”.

La coalición exhibe su voluntad de diálogo aunque sabe las diferencias

Por encima del diagnóstico puntual, desde la coalición hay un interés expreso en extender la idea de que son posibles los encuentros con el PNV para así fomentar esa imagen ligada a su disposición al diálogo. Mintegi ahondó en ese aspecto al admitir su satisfacción tras el encuentro porque “estamos en la cultura de conseguir estos acuerdos”. Consciente precisamente de las posiciones tan alejadas que PNV y EH Bildu mantienen en los tres ejes básicos para la acción del gobierno nacionalista, la candidata abertzale apela al “esfuerzo” de los dos partidos, pero también invita intencionadamente y sin citar a “aquellos agentes que no estén en la Cámara”.

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El trago más amargo de la jornada quedaba para los socialistas. No tuvo que ser especialmente fácil para Patxi López, lehendakari en funciones todavía, acudir a la sede del rival que ha ganado con holgura las elecciones del 21-O y que le ha estado sometiendo a una implacable oposición durante su mandato. Encabezó la delegación del PSE-EE como secretario general junto a los tres líderes territoriales, horas antes de que comenzara la reunión de su Comité Nacional, dedicado a buscar el aliento político tras su nuevo fracaso electoral y donde se puso en valor la gestión del actual Gobierno vasco.

El PNV escucha que el PSE tiene ánimo constructivo para llegar a acuerdos

Los socialistas, que de momento no quieren oír hablar de la posibilidad de una coalición con los nacionalistas, se limitaron a cruzar pocos mensajes porque saben que lo decisorio está por llegar a partir de las reuniones venideras. De entrada, comparten con el PNV cómo abordar el futuro de la paz y la libertad y también coinciden en dar respuestas urgentes a la crisis aunque llegados a este punto, advierten de que la línea roja son los recortes y que no se pueden transgredir los servicios públicos. En este debate, el PNV entiende que los recortes son ineludibles por la caída de la recaudación, el actual índice de endeudamiento y las prestaciones sociales a atender, mientras el PSE-EE le exige que es el momento de abordar una reforma fiscal, perseguir el fraude y adecuar los gastos duplicados en las instituciones vascas. De ahí no pasaron. El PNV ya sabe que los socialistas tienen un ánimo “constructivo” para alcanzar “grandes acuerdos”.

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