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‘La pasió italiana’ de Carod Rovira gana el Octubre de narrativa

Tomas Llopis comparte el galardón 'exaequeo' con una saga histórica ambientada en Beniarbeig Toni Cruanyes, corresponsal de TV3 en Bruselas, gana el premio de ensayo con Un antídot contra l'extrema dreta

Josel Lluis Carod Rovira, Josep Anton Soldevila, Toni Cruanyes y Tomás Llopis, en Valencia.
Josel Lluis Carod Rovira, Josep Anton Soldevila, Toni Cruanyes y Tomás Llopis, en Valencia.jordi vicent

“En el fondo, los catalanes somos unos italianos frustrados”. La reflexión que un compañero de celda compartió en 1973 con Josep Lluis Carod Rovira, que insiste en presentarse como catedrático de Diversidad Social en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, es el origen de un curioso compendio de narrativa y memoria que fue galardonado la noche con el premio Andròmina de narrativa que concede desde hace 41 años la editorial en lengua catalana 3 i 4 bajo el paraguas de los Premis Octubre.

Con el trasfondo del Mediterráneo como un mar en torno al cual siempre es posible compartir pan, olivas y aceite de oliva, “una prueba evidente de la evolución”, en palabras del exvicepresidente de la Generalitat de Cataluña como representante de Esquerra Republicana de Catalunya, La passió italiana combina retratos de personajes como Josep Solé Barberá, portavoz del Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC) hasta su legalización en 1977, o el político y filólogo Jordi Carbonell, presidente de Esquerra Republicana de Catalunya hasta 2004, con imágenes de viajes o comentarios gastronómicos, según explicó Carod Rovira en Valencia.

Tomás Llopis, profesor de “lengua catalana” en el Instituto Enric Valor, de Pego, comparte exaequeo el premio Andròmina con la obra Hi ha morts que pesen cent anys, el trepidante relato de la saga de los Facadell, una familia de origen morisco cuyo primer miembro es tan joven que no es afectado por el decreto de expulsión de los moriscos del Reino de Valencia, de 1648, y que recorre a través de un bandolero, un capellán y su sobrino un retrato de la vida en Beniarbeig, el pueblo natal del autor en La Marina Alta, que da voz a los pobres y describe los problemas para desenvolverse en un ambiente feudal. “Algo muy parecido a lo que sucede ahora, cuando hay gente que ha firmado hipotecas a 30 ó 40 años y está sometida a un nuevo feudalismo”, comentó el autor.

El corresponsal de TV3 en Bruselas, Toni Cruanyes, se alzó con el Premio Joan Fuster de ensayo con “un libro de combate” bajo el expresivo título Un antídot contra l’extrema dreta. Cruanyes describe con encomiable capacidad de síntesis las razones demográficas, industriales o económicas del auge de la extrema derecha en toda Europa; apunta las diferencias entre la “encantadora” extrema derecha holandesa y la execrable versión griega del fascio; y sugiere que antes que hacer el vacío al fenómeno, la mejor fórmula para combatirlo es abordarlo abiertamente y con conocimiento de causa.

El poeta Josep Anton Soldevila se hizo con el premio Vicent Andrés Estellés de poesía con El mur de Planck, un viaje interior hacia el momento previo a la memoria individual en paralelo al momento posterior al big-bang que originó el universo.

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