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La activista omnipresente

La búlgara Tatyana Roevo, protagonista del primer desahucio que se intentó impedir en Madrid, se ha convertido en una de las líderes de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca

Carmen Pérez-Lanzac
SCIAMMARELLA

La vida de la búlgara Tatyana Roevo (43 años) dio un giro el 15 de junio de 2011, cuando unas 500 personas se presentaron en el portal de su casa del barrio de Tetuán para evitar que la desahuciaran. La Tatyana de entonces se comportaba de una forma muy distinta a la actual. El suyo fue el primer desahucio que se intentó parar a las bravas en Madrid y ella asistió a la escena sobrecogida, esquivando a los numerosos medios de comunicación presentes. Era su marido, el libanés Anuar Jalil, quien daba la cara.

Un año y medio más tarde, Roevo es una activista omnipresente en la capital. De carácter fuerte, ojos grandes y corta melena, lleva siempre en el bolso una agenda en la que va anotando sus nuevos y numerosos compromisos: manifestaciones, asambleas, desahucios… Agradecida por el apoyo recibido cuando lo necesitó, se volcó desde el primer momento con la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), donde ha podido aplicar sus estudios de psicología atendiendo a los afectados que llegan con la moral por los suelos. El pasado mes de febrero, de nuevo debido a la presión ejercida por activistas y afectados, la pareja logró que el BBVA les concediera la dación en pago y les condonara la deuda pendiente, nada menos que 269.000 euros. Conseguido el objetivo, la búlgara ha mantenido su entrega a la plataforma. Ha asistido a decenas de lanzamientos y, para presionar en las negociaciones, se ha encerrado en sucursales bancarias, en la sede del Instituto de la Vivienda de Madrid y hasta en la catedral de La Almudena. Con unos y otros, se comporta con la insolencia de quien se cree a pies juntillas su causa.

Roevo tenía 21 años cuando viajó a Madrid para visitar a unos amigos y durante su estancia conoció al que sería su marido, un libanés 12 años mayor que ella. En Bulgaria militó en el Partido Comunista, pero en España no se ha comprometido con ninguna formación. “No he encontrado ningún partido que me convenza”, afirma en buen español. Licenciada en Psicología, ya en Madrid estudió diseño de moda. Ejerció durante unos años, pero cuando su marido se quedó sin empleo la pareja decidió abrir una pastelería. Regentaron una en Leganés y una panadería en Alcobendas, pero las numerosas deudas y los apuros económicos acabaron con el negocio y, desde hace unos meses, también con la pareja, que ya no convive.

Roevo está actualmente desempleada, vive de sus ahorros y está buscando trabajo “de limpiadora, de vigilante o de lo que sea, pero por la noche, porque no quiero dejar todo esto”, dice. Las sanciones por participar en distintas acciones se acumulan en el buzón de esta mujer, madre de una adolescente a la que envió a casa de unos familiares que residen en Estados Unidos cuando empezaron sus apuros económicos.

Una comprometida "al 100%"

- El 15 de junio de 2011 la vida de la búlgara Tatiana Roevo cambió para siempre. Ese día 500 personas intentaron evitar que la echaran de su casa. Fue el primer desahucio que se trató de atajar a las bravas.

- Actualmente sin trabajo, vive de sus ahorros y suele "mediar" con los antidisturbios, de los que ya conoce a varias decenas, tras participar en distintas acciones para impedir desahucios.

En su corta vida como activista, Roevo se ha aprendido los nombres de decenas de agentes antidisturbios, con los que suele “mediar” en nombre de los manifestantes en los momentos de tensión si las circunstancias lo permiten. En los últimos meses la búlgara se ha sumado a la Coordinadora 25-S, que promueve las manifestaciones que llaman a rodear el Congreso. Junto con otro miembro de la PAH, Chema Ruiz, formó parte del grupo original que lanzó la convocatoria. ¿Por qué “rodear el Congreso”? “Porque un día me di cuenta de que lo que hacemos, parar los desahucios en el último momento, no iba a solucionar lo que para mí es el auténtico problema, que es la Ley Hipotecaria”, empieza Roevo. “Los políticos no van a aprobar por sí mismos la dación en pago. Por eso lo de ‘rodear’ el Parlamento, que es un símbolo; el objetivo es lograr que se inicie un proceso constituyente que reforme una Constitución que se redactó hace años y que hay que adaptar a los tiempos”.

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En un principio las advertencias de Cristina Cifuentes, la Delegada del Gobierno en Madrid, que insistió en la ilegalidad de la convocatoria, asustaron a Roevo, que por miedo a resultar detenida decidió no asistir a la manifestación del miércoles 25 de septiembre, la primera en la que se rodeó la Cámara baja. “Me asusté por mi hija, pero en estos momentos estoy comprometida al 100%”, asegura la activista, que afirma haber superado sus miedos iniciales y asiste a todas las asambleas del grupo, que esta semana ha vuelto a trasladar su protesta a la calle.

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Sobre la firma

Carmen Pérez-Lanzac
Redactora. Coordina las entrevistas y las prepublicaciones del suplemento 'Ideas', EL PAÍS. Antes ha cubierto temas sociales y entrevistado a personalidades de la cultura. Es licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de El País. German Marshall Fellow.

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