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El Consistorio anuncia más desalojos de las casas ocupadas en El Cabanyal

Dos concejales de Valencia se reúnen con la plataforma unitaria del barrio

Vista de una de las calles de El Cabanyal con varias casas ocupadas.
Vista de una de las calles de El Cabanyal con varias casas ocupadas. TANIA CASTRO

Dos concejales del Gobierno de Rita Barberá se reunieron ayer dos horas con los vecinos de El Cabanyal en un ambiente de normalidad inédito en décadas. Era el primer encuentro del Gobierno del PP con la plataforma unitaria de vecinos —partidarios y contrarios a la prolongación de la avenida de Blasco Ibáñez— y los comerciantes de Acipmar y acordaron la puesta en marcha de un plan integral contra la degradación urbanística y social que arrastra este barrio del marítimo. El conflicto urbanístico ni se tocó, pero hubo tensión cuando el Gobierno local acusó a los vecinos detractores del plan de la parálisis de El Cabanyal.

Las diferencias se superaron —aunque no desaparecieron— y Units pel Cabanyal, la plataforma formada por Sí Volem (partidarios de la prolongación) la Associació de Veïns del Cabanyal y Salvem (contrarios a la avenida) y el colectivo de comerciantes Acipmar enfocaron el debate hacia el control de las viviendas y solares ocupados y la colaboración de las policiales nacional y local para abordar el tráfico de drogas.

Miquel Domínguez, concejal responsable de Interior en la capital, dijo que pondrán en marcha en El Cabanyal un programa de seguridad que se aplicó hace años con buenos resultados en Russafa. El Consistorio continuará con el desalojo de casas ocupadas iniciado antes del verano tras las denuncias que los vecinos registraron en el Ayuntamiento por la falta de limpieza y la degradación urbanística.

Ediles y vecinos se reúnen en un clima de normalidad inédito en años

Los dueños de las casas tendrán que denunciar al juzgado la situación para hacer efectiva la orden de desalojo. El Ayuntamiento, uno de los mayores propietarios de la zona, seguirá los mismos pasos. Concejales y vecinos insistieron en que los desalojos tendrán apoyo y seguimiento de los servicios sociales. El Ayuntamiento, bien directamente o a través de sociedades públicas, posee cerca de 500 inmuebles en El Cabanyal y se calcula, según datos oficiales, que algo más de 50 están ocupadas de forma ilegal.

El propósito del Ayuntamiento conforme se cumplan los desalojos será “limpiar” y “tapiar” los edificios hasta que se resuelva el conflicto urbanístico a favor o en contra de la prolongación de Blasco Ibáñez. Los solares de propiedad municipal se limpiarán y se vallarán con telas metálicas.

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“Ha habido diferencias y algún momento de tensión, pero pelillos a la mar. No he venido aquí a pelearme, sino a construir, y desde mi punto de vista la reunión ha sido positiva”, manifestó el vicealcalde Alfonso Grau a la salida del encuentro. El número dos de Valencia avanzó otro encuentro en el que aclarará la política de licencias de acuerdo con la interpretación que hacen de la orden contra el expolio en el barrio que promovió la ministra socialista Ángeles González-Sinde. “Tenemos tanto interés como ellos en sacar este tema adelante”, añadió en referencia a los vecinos y comerciantes.

Vicent Gallart, de la Asociación de Vecinos de El Cabanyal-Canyamelar, y Maribel Doménech, de Salvem el Cabanyal, dieron la bienvenida a esta nueva etapa “porque abre un espacio de diálogo que hasta ahora había sido imposible”. Barberá se ha referido a los miembros de Salvem como “violentos” y hace una semana reiteró que no se reuniría con ellos.

Susi Gallart, portavoz de Sí Volem, se mostró optimista con el resultado del encuentro y deseó que se avance, como quedaron, en cuestiones como la limpieza, la droga y las ocupaciones.

El restaurador Emiliano Garcia, presidente de la asociación de comerciantes Acipmar, salió esperanzado. “Estamos aprendiendo a ir juntos, no solo entre nosotros sino con el Ayuntamiento. Hemos empezado a construir y harán falta medios”. Este colectivo quiere que se desbloquee la paralización de licencias. Grau les contestó que se conceden las que no requieren obras mayores.

El Ayuntamiento, en colaboración con la Universitat de València, redactará las bases mínimas que debe reunir un espacio para que la universidad lo homologue como residencia de estudiantes. “Y en eso estamos trabajando”, corroboró el vicealcalde. Este barrio pegado al mar, con problemas de despoblación, es un buen emplazamiento, por su cercanía a los dos grandes campus de Valencia, para que residan los estudiantes.

Barberá: “El plan sigue”

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, se mantuvo al margen del primer encuentro entre concejales y vecinos. En una de sus comparecencias públicas, la regidora defendió a capa y espada el plan municipal aprobado (Pepri de El Cabanyal), del que dijo que sigue adelante.

Barberá confía en las conversaciones que su Gobierno tiene con el Ministerio de Cultura para “llevar adelante el Pepri porque no lo vamos a modificar”. El plan, aprobado definitivamente por el Consistorio de la capital en 2001, prevé que la avenida de Blasco Ibáñez llegue hasta el mar. Para eso es preciso el derribo de más de 1.600 casas del barrio histórico de El Cabanyal.

La plataforma Salvem El Cabanyal inició nada más aprobarse el plan una batalla legal contra uno proyecto que consideran que “destruye el barrio”. Perdió los recursos basados en cuestiones urbanísticas, pero se anotó una batalla apelando al peligro de expolio al patrimonio que conlleva el plan. La entonces ministra socialista Ángeles González-Sinde aprobó una orden, hoy en vigor, que impide los derribos que el Consistorio llevaba a cabo en El Cabanyal.

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