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EL PSOE ANTE LA CRISIS ECONÓMICA

Griñán intenta liderar la respuesta de la izquierda ante la crisis

El PSOE andaluz echa en falta una oposición “más profunda y ágil” de Rubalcaba

Lourdes Lucio
Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Griñán, en un acto electoral.
Alfredo Pérez Rubalcaba y José Antonio Griñán, en un acto electoral.GARCÍA CORDERO

Contagiado, o tal vez no, por la convivencia política con Izquierda Unida en Andalucía, el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, confiesa que ahora se ha vuelto "más de izquierdas". Él, que siempre se ha declarado como un socialdemócrata puro y algo jacobino —algunos debates de la reforma del Estatuto de Autonomía como el de la "realidad nacional", le exasperaban— pretende capitanear la respuesta institucional de la izquierda ante la crisis, desde Andalucía, pero no solo para Andalucía.

Una respuesta ante la pérdida de derechos por las reformas educativas y sanitarias del Gobierno del PP; ante las recetas económicas centradas solo en reducir el gasto para contener el déficit; y ante el convulso debate territorial, donde los socialistas rechazan tanto los planteamientos soberanistas como los intentos de parte de la derecha de reducir el Estado autonómico a las llamadas comunidades históricas (Cataluña, País Vasco y Galicia). Apuestan claramente por un modelo federal.

Su análisis es que en lo social, lo económico y lo territorial se están rompiendo los consensos constitucionales. "Tenemos la obligación de dar respuesta en todos esos frentes", asegura el vicesecretario general del PSOE andaluz, Mario Jiménez. Este explica que la intención de Griñán de mantener un discurso más nacional es una cuestión de "responsabilidad" y desliza la siguiente crítica hacia la dirección federal de su partido: "Echamos de menos más profundidad, más ritmo y una respuesta más ágil del PSOE al momento que vive España".

En este proyecto está el PSOE, también Izquierda Unida, con su propio perfil y ritmo. La idea es embarcar a empresarios —en una comunidad donde no hay grandes empresas—, sindicatos y sociedad civil. La primera voz que se ha dejado oír con la misma sintonía ha sido la del presidente de Unicaja, Braulio Medel, quien el jueves dijo sentirse "orgulloso como andaluz" de que la entidad malagueña hubiera superado las severas pruebas de resistencia realizadas por la consultora Oliver Wyman sobre el sector financiero español. "A menudo se olvida que Andalucía es la región más poblada de España y que tras Madrid y Barcelona es la tercera economía del país. Tenemos que tener el peso que nos corresponde", señaló.

El terreno de juego en el que el Gobierno andaluz quiere desplegarse es complejo. Por un lado, quiere preservar la colaboración institucional con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, entre otras cosas porque, como diría el consejero de Economía catalán, Andreu Mas Colell, también Andalucía "no tiene otro banco que el Gobierno de España". El Ministerio de Hacienda ha dado respuesta positiva a todos los planteamientos de la Junta para elevar su techo de endeudamiento, le ha anticipado dinero para pagar a proveedores y atrás han quedado las alarmantes declaraciones del equipo económico de Rajoy sobre la salud financiera de la comunidad.

Por otro lado, va a mantener con intensidad la pelea ideológica con el PP en temas que afectan a la educación y la sanidad, pero sin que una entrada en falta en esta cancha le chafe la relación cordial con Rajoy. Con Javier Arenas fuera de juego de la política andaluza —este le ha hecho llegar a Griñán la necesidad de un Gobierno de concentración en España, a lo que se opone el andaluz— los socialistas están infinitamente más cómodos y los populares, infinitamente más deshilachados y sin puntería con su nuevo referente, Juan Ignacio Zoido.

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Esta posición de colaboración institucional con el Gobierno central le ha acarreado a Griñán algún malentendido con la dirección federal del PSOE. Dirigentes próximos al secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, le reprocharon que le hubiera dado "oxígeno" a Rajoy en la reciente Conferencia de Presidentes, donde se lanzó un mensaje de unidad. "Griñán estaba allí como presidente de la Junta y el que no esté satisfecho es su problema", contesta el número dos del PSOE andaluz.

Algunos dirigentes del PSOE interpretan que el perfil "más nacional" de Griñán no es solo por "responsabilidad", sino que también tiene que ver con la carrera en la candidatura de la presidencia del Gobierno. Pero el andaluz, que apoyó a la catalana Carme Chacón para liderar al PSOE, parece mirar más ahora hacia el vasco Patxi López si deja de ser lehendakari. Esas voces críticas también echan en falta acciones más contundentes de la Junta para resolver los graves problemas de una comunidad con un paro del 33,4%.

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