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palabras de madrid

Como alas de mariposa

Peter Besas introduce a los lectores en la intimidad de las librerías de viejo, donde pervive inalterada la tradición

Dispersa por rincones entrañados de la ciudad, una refulgente estela de tiendas antiguas, dibujadas de anaqueles y estanterías de maderas nobles, guarda en su seno preciados tesoros. Casi todos ellos son de valor incalculable, si bien su precio fluctúa según las querencias de un manojo de personas caracterizadas por su pasión libresca. Los tesoros son los libros antiguos. Sus tenientes, los libreros. Los dueños, sus exigentes coleccionistas. Y los cofres, las dispersas y cada vez menos numerosas librerías llamadas de viejo, a las cuales el veterano Peter Besas dedica su última obra, con fotografías de Santiago García de Leániz.

Besas parece haberse impregnado del primor estético que reina entre los coleccionistas y los libreros también llamados de lance y nos brinda un relato bien narrado que descifra el secreto de los alambicados gustos que comparten y de los establecimientos donde, en mímesis pura con sus contenidos, el tiempo se detiene, gozoso, en un discurrir manso y otro.

La pervivencia de tan singulares comercios, más templos puros de arte que mercados de objetos, se asienta sobre una singular saga de libreros que parece comenzar con el legendario Pedro Vindel -analfabeto pobre devenido en el más voraz y próspero lector del siglo XIX- y prolongarse hasta nuestros días con los García Prieto, Bardón, Porrúa, Madrid, Rodríguez, Sanz, Armero…, detrás de cada cual late una pasión inmarcesible por la palabra bellamente imprimida y vivificada en textos, dibujos o grabados…

Los feudatarios de tan grande riqueza son los coleccionistas, como el madrileño M. A., adquiriente durante décadas de uno de los repertorios de manuscritos y mapas más importantes de Europa. Hoy se muestra preocupado por el descenso abismal de clientes en un negocio tan delicado como el ala de una mariposa. Quizá por ello, el libro de Besas se convierte en un alegato preservador de tan grande patrimonio, con detalladas pautas para descifrar por qué la anchura de los márgenes de una impresión, intonsa, o las briznas en el tejuelo de un volumen de La Eneida no sólo pueden hacer trepar un libro hasta cifras millonarias sino, sobre todo, pueden también desatar el delirio de un recolector de joyas encuadernadas que no deben perecer.

La cripta de los libros. Las librerías de viejo de Madrid. Por Peter Besas. Fotografías de S. García de Leániz. Editorial La Librería. 289 páginas. 19.90 euros

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