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Muñoz defiende que ganó más dinero y gastó menos de lo que cree la policía

El exalcalde insiste en que Isabel Pantoja lo mantenía y que él “jamás” puso un céntimo

El pintoresco juicio por el caso de blanqueo en el que están acusados el ex alcalde de Marbella Julián Muñoz, su exesposa, Maite Zaldívar, y la cantante  Isabel Pantoja, con la que convivió tras su separarse de la anterior, depara situaciones que rozan el surrealismo. La estrategia de la defensa del exalcalde pasa por demostrar que ganó mucho más dinero, aunque fuera en negro, que el que aparece en los informes policiales, y que por tanto no gastó más de lo que ingresaba. Esta tesis del desfase patrimonial y de la diferencia entre los ingresos declarados y el nivel de vida que llevaba Muñoz es la base para la acusación de blanqueo.

Para tratar de dejar en evidencia a la Udyco, el interrogatorio de su abogado defensor, Miguel Crespo, ha sido un repaso minucioso a todos los ingresos de Muñoz, quien sin ruborizarse un ápice ha llegado a admitir hasta que se quedaba con la asignación para funcionamiento que correspondía al Grupo Independiente Liberal (GIL) en la Diputación de Málaga (5,1 millones de pesetas solo en el año 1999); o que nunca devolvió a Jesús Gil los 12 millones que le prestó para comprar una casa pese a que la vendió al año siguiente por 15 millones. “¡Arramblaba con todo!”, ha exclamado una asistente a la vista oral. Además ha detallado otros cobros en negro a los que ya aludió en el interrogatorio de la fiscal como los cobros en negro de 300.000 y 400.000 pesetas mensuales de sociedades municipales, o las gratificaciones de un millón de pesetas anuales que pagaba Jesús Gil. “Trabajábamos mucho, había días que salía de casa a las ocho de la mañana y no volvía hasta las 10 de la noche”, ha dicho para justificar estas gratificaciones del fallecido exalcalde, del que dijo tenía sometido al Ayuntamiento a un mando “unipersonal”. Según Muñoz, él no tenía ningún margen ni capacidad de gestión en las empresas municipales en las que figuraba como presidente.

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Por ejemplo, en el caso del año 1999, el informe de la Udyco recoge que Julián Muñoz ingresó 10 millones de pesetas. Pero según ha declarado, en esa cifra no están recogidos los 5,3 millones de pesetas que cobró de la asignación al Gil en Diputación, ni los 2,4 millones de pesetas que recibió en sobres de Planeamiento 2000, sociedad municipal de la que era gerente Juan Antonio Roca, el presunto cerebro de la trama de corrupción del caso Malaya, del que se desgajó este procedimiento por blanqueo.

Según las cuentas de la defensa, solo en los siete primeros años como concejal, entre 1991 y 1998, Julián Muñoz ganó 65 millones de pesetas, 50 por su actividad política y 15 por la venta de la casa mencionada. Los informes policiales sobre los gastos e ingresos de Muñoz arrancan precisamente en 1998.

La defensa no solo cuestiona el informe de la Udyco por quedarse corto en los ingresos. También en los gastos, pero a la inversa, porque sostiene que se le atribuyen algunos que no le corresponden. Por ejemplo, desembolsos de siete y nueve millones de pesetas de una cuenta que aduce no era personal, sino de la concejalía de fiestas, y fueron para pagar actos en Puerto Banús y San Pedro, o 18 millones en un año para la compra de una vivienda cuando sólo empleó 4,5 millones porque el resto se contrató en una hipoteca.

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Julián Muñoz ha reiterado taxativamente que diera dinero a Isabel Pantoja, o compartiera sociedades con ella. “Jamás”, “nunca” han sido sus contundentes respuestas a las distintas preguntas de la acusación y las defensas. Al revés, ha asegurado que durante su convivencia con la tonadillera cuando ya estaba apartado de la política, trabajó para ella llevándole su agenda de conciertos y compromisos, pero sin cobrar lo que perciben normalmente los manager, que ha cifrado entre un 10% y 20% de los ingresos de sus representados. Ha admitido que llegó a tener una nómina por estas funciones, aunque no la ha detallado, y sobre todo ha recalcado que como pareja que convivía con ella se benefició de los ingresos de la tonadillera.

Ha relatado que ideó montar una explotación ganadera en la finca La Cantora, propiedad de la cantante, para lo que alquilaron dos terrenos colindantes y adquirieron varias reses; pero que todo corría a cargo de la cantante, igual que la compra de la casa de La Pera, para la que obtuvo una hipoteca del 100% de Banif y que ella misma avaló. “Yo no podía avalar nada porque no tenía ingresos entonces”, ha asegurado el exalcalde. La ganadería no salió a flote y se devolvieron las reses.

Sobre su convivencia con Maite Zaldívar, su esposa cuando llegó en 1991 al Ayuntamiento y de la que se separó en 2003, ha asegurado que nunca le daba detalle de sus emolumentos y que llevaban una vida normal. A preguntas del abogado de Zaldívar si ha admitido que cuando se separaron no se preocupó ni de mantener ni de cómo vivía su exmujer. “Fue tan duro, tan televisado, por todas partes sufriendo, que me desentendí de todo”.

Al inicio de la sesión, Muñoz ha pedido perdón por el tono con el que declaró a la fiscal, altivo y desafiante. El presidente de la sala le ha interrumpido para espetarle: “Usted es el acusado y lo que tiene que hacer es declarar. Puede decidir si lo hace o no, pero no es elección suya la forma en que declara. No digo que no lo haga con apasionamiento, pero no airado ni formulando preguntas”.

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