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El alcalde de San Fernando finaliza su huelga de hambre tras siete días

El regidor anuncia un principio de acuerdo que evita el embargo de 130 viviendas

Julio Setién, poco después de comenzar la protesta.
Julio Setién, poco después de comenzar la protesta.GORKA LEJARCEGI

Siete días. Este es el lapso de tiempo que ha tenido que mantener la huelga de hambre el alcalde de San Fernando de Henares, Julio Setién (IU), para evitar el embargo de 130 viviendas pertenecientes a unas 200 familias. Esta noche, Julio Setién ha abandonado el ayuno voluntario tras conocer la existencia de un principio de acuerdo entre las tres partes implicadas en la remodelación del casco antiguo de esta localidad: Bankia; la sociedad promotora de la rehabilitación de la Plaza de España de San Fernando; y las dos empresas constructoras. De esta forma, se evita que las casas del casco antiguo de este municipio del Corredor del Henares fueran embargadas por decisión judicial. La promotora tiene una deuda de 21 millones de euros, que según la oposición llega a los 25 millones.

El pasado jueves por la mañana Julio Setién inició un ayuno voluntario para exigir el desbloqueo de unas negociaciones, que de alargarse hasta el 15 de octubre acabaría en un drama para las 200 familias propietarias de las casas. El alcalde de San Fernando acusaba a Bankia de cortar el grifo de la financiación de una obra, muy importante en el municipio, pues se trata de viviendas catalogadas como patrimonio histórico. La entidad financiera se defendía asegurando que había abonado todo el dinero previsto, que era de 54 millones, y aseguraba que la sociedad mixta Plaza de España S. L., (49% municipal y 51% de los vecinos) había realizado más obras de las previstas en el acuerdo inicial.

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La falta de 11 millones, que supuestamente debía aportar Bankia, impedía que Plaza de España pagara sus trabajos a las constructoras, que se negaban a entregar las casas a sus propietarios originales. La pescadilla que se muerde la cola, o “una partida de póquer”, según las palabras del propio Julio Setién, que denunciaba los intereses de unos y de otros en alargar las negociaciones para obtener el máximo beneficio.

Y para acelerar esta negociación, Setién planteó un órdago: iniciaría una huelga de hambre que mantendría mientras no se llegara a un acuerdo. Esta iniciativa logró que el lunes pasado las partes volvieran a entablar la negociación. Fuentes del Ayuntamiento aseguran el lunes por la noche que desde un principio la entidad financiera informó de que entre sus prioridades estaban los intereses de los vecinos. De paso, Bankia lograría evitar hacerse con nuevos inmuebles, que tendrían una difícil salida en la actual coyuntura económica. Esta noche, siete días después de comenzar el ayuno voluntario, Setién recibía la confirmación de que las partes habían llegado a un principio de acuerdo: “Y ahora hay que llevarlo ante un notario, por lo que hasta el momento se trata de un acuerdo verbal, pero a Julio Setién le han dado las garantías necesarias de que no habrá ningún imprevisto”, explica el portavoz de prensa del Ayuntamiento, que informa de que la intención inicial del alcalde era la de alargar la huelga de hambre hasta ver negro sobre blanco el acuerdo”. Al final el órdago de Setién ha dado sus frutos. El alcalde ha ganado la partida.

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