Ingresa en un psiquiátrico el hombre detenido con explosivos
El arrestado tenía planos de un polígono industrial de la localidad de Boadilla del Monte y de varias embajadas de la capital
La titular del Juzgado de Instrucción número 25 de Madrid, Marta Pérez Arroyo, ha ordenado el ingreso en la unidad de psiquiatría del hospital Gregorio Marañón de Alberto Ramos Martín, el hombre de 48 años que fue detenido el domingo en un hostal del centro de Madrid con diversas sustancias explosivas, incendiarias y asfixiantes. El arrestado será evaluado en este centro antes de que ingrese en prisión provisional comunicada y sin fianza.
La detención se produjo el domingo a mediodía cuando los encargados del hostal Rubio, en la calle del Conde de Romanones, encontraron diversas sustancias en la habitación número 12, en la que pernoctaba Ramos. Entre ellas estaban nitrato potásico, cinco petardos, azufre y polvo de carbón. También tenía planos del polígono industrial Cerro del Espino y de las embajadas de Estados Unidos, Uruguay, Paraguay, Chile y Brasil en la capital.
La magistrada entiende que los hechos pueden ser constitutivos de un delito de tenencia ilícita de explosivos, recogido en el artículo 568 del Código Penal. Este precepto recoge una pena que oscila entre los cuatro y los ochos años de prisión.
“Visto el informe emitido por el médico forense, debe acordarse el ingreso previo del imputado en calidad de preso custodiado en la unidad de vigilancia existente en el hospital Gregorio Marañón para el tratamiento y el establecimiento del cuadro clínico que presenta el imputado”, recoge la juez en su auto. Una vez que sea diagnosticado, se remitirá el informe a la magistrada, que será la encargada de ver qué decisiones toma sobre Ramos. Este carece de antecedentes policiales.
El escrito judicial también recoge que, al ser interrogado el detenido, este manifestó tanto a la policía como a la magistrado que su intención era “buscar información en Internet para hacer una explosivo con el que suicidarse”.
En posesión del detenido también se halló un manuscrito en el que se podía leer “bombas y explosivos caseros”, y datos recogidos en Internet sobre cómo fabricar diversos artefactos, además de un folio manuscrito con los porcentajes de sustancias necesarias para fabricar pólvora.