_
_
_
_
_
ARTE

El cementerio fallido de Oteiza

El Museo San Telmo celebra una exposición, un seminario y unas jornadas que ahondan en el proyecto del escultor que no pudo materializarse en una colina de San Sebastián

Maqueta del proyecto de cementerio Izarrak Alde de Jorge Oteiza que se exhibe en una muestra en San Telmo.
Maqueta del proyecto de cementerio Izarrak Alde de Jorge Oteiza que se exhibe en una muestra en San Telmo.JAVIER HERNÁNDEZ

Jorge Oteiza (Orio, 1908-San Sebastián, 2003) imaginó y proyectó un cementerio, una "nueva acrópolis", que se iba a alzar como un monumento en una colina, Ametzagaña, en San Sebastián en 1985. El escultor vasco, junto a los arquitectos Juan Daniel Fullaondo y otros colaboradores, dio forma a la idea de converger arquitectura y escultura en un mismo espacio, con la ciudad como testigo, y con la muerte como hilo conductor y punto de reflexión. Izarrak Alde no solo no salió adelante, sino que el ganador del concurso público en el  que se presentaron 17 propuestas tampoco pudo materializar su proyecto porque finalmente los planes urbanísticos de la ciudad en aquel momento lo impidieron. Hoy ese sueño se materializa en forma de exposición. Oteiza y la nueva monumentalidad. Izarrak Alde, un cementerio para San Sebastián que se ha presentado hoy en el Museo San Telmo. Se trata de los documentos, dibujos originales, maquetas, manuscritos, modelizaciones tridimensionales, textos y una obra escultórica del artista; parte del material que en su día tanto Oteiza como los arquitectos implicados en el proyecto no pudieron presentar porque las bases del concurso, polémicas en su momento, no lo permitían. A la exposición, que tendrá lugar entre el 9 de octubre y el 11 de noviembre, se sumarán charlas, debates y encuentros, por ejemplo con el arquitecto como César Portela, autor de un proyecto similar al de Oteiza en Finisterre, Galicia. Este proyecto se enmarca dentro del acuerdo de colaboración establecido entre el Museo San Telmo y la Fundación Museo Jorge Oteiza para promoción de la obra y el pensamiento del artista. En esta ocasión, a los dos museos se suma la UPV a través de su Grupo Investigador del Departamento de Escultura de Bellas Artes que ha investigado sobre el proyecto Izarrak Alde de Oteiza durante los últimos años. Dos de los cuatro comisarios de la muestra, Ana Arnaiz y Xabier Laka, destacaron que Oteiza “nunca dejó de ser escultor” pero que el artista, para quien la arquitectura entendida como espacio en la ciudad tenía que ser integradora, quería plasmar su proyecto de cementerio como un lugar “donde no se puede hacer un depósito estanco”. Según los comisarios, para el escultor, el cementerio debía insertarse en la ciudad como un dispositivo monumental que materializase la memoria cultural para una comunidad. “Implicaba pensar no en un lugar solo en la función higiénica sino como lugar de producción cultural trascendental dentro de la propia ciudad como obra de arte”, explican.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_