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Un museo del vino para el siglo XXI

El Palacio Real de Vilafranca del Penedès acoge el nuevo centro cultural El enoturismo impulsa un equipamiento que acabará reuniendo tres edificios

José Ángel Montañés
El patio del edifico gótico, tras la intervención de Santiago Vives que lo ha transformado en el vestíbulo del museo.
El patio del edifico gótico, tras la intervención de Santiago Vives que lo ha transformado en el vestíbulo del museo.

Acostumbrados a noticias sobre recortes en el mundo cultural, resulta sorprendente comprobar que, pese a todo, hay equipamientos que consiguen abrirse camino y terminan viendo la luz. Es el caso de Vinseum, el museo de las Culturas del Vino de Cataluña, que se inaugurará el sábado en Vilafranca del Penedès, después de dos años y medio de obras.

No podía ser de otra forma. La capital del Alt Penedès es una de las más vitivinícolas de España y vende sus caldos y cavas en medio mundo. Además, en la comarca —en concreto en el yacimiento del Turó de la Font de la Canya del municipio de Avinyonet del Penedès— se han encontrado semillas de uva que demuestran que la primera viña catalana (y quizá española) se cultivó aquí hace más de 2.800 años. Este pequeño tesoro formado por centenares de granos carbonizados es una de las joyas de Vinseum, el museo que volviendo la vista al pasado pretende explicar la cultura del vino y proyectarla al futuro para dar fuerza al sector.

Uno de los plafones con material arqueológico.
Uno de los plafones con material arqueológico.

Sin embargo, Vinseum no es un museo nuevo. Creado en 1934, pasa por ser el primero en España en su género, pero tras permanecer abierto en un edificio cercano, ahora reabre con un proyecto museográfico nuevo trasladado a un edificio singular de la localidad: el Palacio Real de Vilafranca, una construcción gótica civil con mucha historia: en 1285, tal como recuerda una placa de la fachada, se produjo la muerte de Pedro el Grande a los 45 años, cuando iba a Salou para embarcar hacia las islas Baleares para luchar contra su hermano, Jaime II. Además, el edificio está situado en el rovell de l’ou de Vilafranca: en la plaza de Jaume I, justo enfrente de la iglesia de Santa Maria, con la que el museo, tras la reforma del arquitecto Santiago Vives, dialoga a través de las ventanas que permiten ver el templo con una perspectiva inédita.

Dani Freixas, responsable del proyecto museográfico asegura: “Vinseum apela a los sentidos y a las emociones que provoca el vino y no solo a su historia”. Los responsables del centro, con su director, Xavier Fornós, a la cabeza, pretenden que el nuevo museo explique el proceso de elaboración del vino, pero que “enseñe su relación con la cultura, la gastronomía y el arte”. La inversión para poner a punto el edificio (500 metros cuadrados de exposición y 1.800 útiles) y la museografía asciende a 3,7 millones y ha contado con la aportación de los ministerios de Fomento y Cultura, Caixa Penedès y el Ayuntamiento local.

Ya se trabaja en la segunda fase, que consistirá en la construcción de un edificio de nueva planta entre el palacio gótico y la capilla de Sant Pelegrí y para el que Vives ya tiene el proyecto acabado. “Solo falta encontrar la financiación”, asegura el presidente de Vinseum, Josep Soler. La intención es que “sea un referente de la localidad y de la comarca y un reclamo para todo el mundo interesado por el enoturismo”, y explica Soler que trabajan con el horizonte del año 2015 o 2016.

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Cuando todo el proyecto sea realidad los tres edificios sumarán 3.000 metros cuadrados. Por ahora, los visitantes terminarán la visita en una taberna haciendo una degustación de vinos y cavas locales. Para el alcalde de la localidad, Pere Regull, está clara la vocación del nuevo centro: “que se convierta en el auténtico museo nacional de las culturas del vino”. Por ahora, la Generalitat, que tiene incluido a Vinseum en el registro de museos catalanes, no se ha pronunciado.

Para Soler, sin embargo, lo más difícil a partir del lunes “será abrir con normalidad cada día y mantener los puestos de trabajo de las 10 personas que aquí trabajan”. Una tarea complicada, si tenemos en cuenta que los recortes inundan el panorama cultural.

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Sobre la firma

José Ángel Montañés
Redactor de Cultura de EL PAÍS en Cataluña, donde hace el seguimiento de los temas de Arte y Patrimonio. Es licenciado en Prehistoria e Historia Antigua y diplomado en Restauración de Bienes Culturales y autor de libros como 'El niño secreto de los Dalí', publicado en 2020.

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