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Una concejal de Barberá ordenó la liquidación de Emarsa

Pérez Blesa asegura al juez que el Ayuntamiento de Valencia tomó la decisión

“Abrí la puerta del despacho y me encontré con una situación bien distinta de la habitual (...) Tuve ocasión de ver que María Ángeles Ramón-Llin se estaba dirigiendo al grupo popular”. Así describió este martes Blas Jesús Pérez Blesa al juez Vicente Ríos, que investiga el saqueo de más de 40 millones de euros de la Empresa Metropolitana de Aguas Residuales de Valencia (Emarsa), cómo vivió la orden de liquidar la firma.

Pérez Blesa, exsecretario del consejo de administración y exasesor jurídico de Emarsa, describió a preguntas de Ríos “el giro copernicano” en la sociedad que se vivió el 2 de julio de 2010, ya que si bien la Junta General de la firma había acordado una reducción de capital de Emarsa hasta absorber las pérdidas de la sociedad, en aquella jornada se decidió liquidar la empresa que gestionaba la depuradora de Pinedo. Decisión que tomó el Ayuntamiento de Valencia cuando estalló el escándalo y ejecutó la concejal de Residuos y Limpieza.

Pérez Blesa declaró como testigo ante el juez que aquel día fue a fumar al despacho del gerente, Esteban Cuesta, donde por costumbre se reunían los fumadores, y se sorprendió al ver una reunión en la que “la señora Ramón-Llin hablaba y los demás escuchaban”, en referencia a los consejeros nombrados en representación de ayuntamientos gobernados por el PP.

El secretario del consejo declaró después a Ríos cómo Cuesta, “visiblemente nervioso”, le adelantó la decisión al principio de la reunión y luego, al terminó de la misma, se lo detalló ampliamente. “Lo que me dice es que la señora Ramón-Llin exige, pide la más rápida disolución de la empresa porque la situación no es soportable en los términos en que se encuentra en ese momento”. Y añadió que Cuesta le dijo que el presidente de Emarsa, Enrique Crespo, pidió “ser él quien transmita y asuma como propia ante el consejo” la exigencia.

La fiscal del caso, Virginia Abad le preguntó si Crespo estaba al corriente de la gestión de Emarsa y Pérez Blesa declaró que no le cabía otra posibilidad a su leal entender: “Me parece inconcebible que una persona pueda asumir no solo la presidencia sino la condición de consejero delegado sin saber a lo que se está dedicando”. En su día Crespo manifestó que no tenía ni idea del funcionamiento de la depuradora: “Yo no tenía ni despacho en Emarsa”.

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