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El turismo español en el Algarve cae un 25% tras la implantación del peaje

Los hoteles de Huelva se resienten ante la menor afluencia de portugueses

Praia da Luz, en el Algarve portugués.
Praia da Luz, en el Algarve portugués.CLAUDIO ÁLVAREZ

El peaje en la A-22, conocida como Vía do Infante, en vigor desde el 8 de diciembre de 2011, está lastrando el turismo de españoles en el Algarve y de portugueses en Huelva. La medida de pago, que ha generado fuertes protestas en ambos países, también está provocando un descenso en la llegada a Huelva de turistas extranjeros que disfrutan de sus vacaciones en la región sur de Portugal y que tradicionalmente venían a conocer la provincia.

La preocupación es patente a ambos lados de la frontera. En el lado español carecen de estadísticas oficiales para concretar en qué medida ha afectado este verano el peaje en los hoteles onubenses, pero el presidente de la Asociación Provincial de Hoteles, José Manuel Díaz, asegura que ha habido “una significativa bajada de turistas”. Aheta, la principal asociación de hoteles y de empresas turísticas del Algarve, cifra el descenso del mercado español en casi un 25%. El volumen de negocios en los hoteles de la región lusa registró una caída del 7,3% frente al mismo periodo del año pasado.

“No solo ha bajado el turismo portugués que viene a Huelva sino los turistas extranjeros que están de vacaciones en el Algarve y que ahora tienen el hándicap del peaje para acceder a la provincia”, señaló José Manuel Díaz. “E igualmente pasa aquí en España, que se está reduciendo mucho el tráfico turístico de españoles a Portugal por el mismo motivo”.

El presidente de Aheta, Eliderico Viegas, remarcó que es el primer año que el mercado español, que es muy importante para el sector, ha bajado en Portugal. “Es una reducción muy fuerte teniendo en cuenta que en todos los años anteriores el turismo español ha crecido siempre”.

El tráfico en la A-22 bajó un 57% entre enero y marzo de 2012

Ambos dirigentes hoteleros coinciden a la hora de expresar su preocupación: la introducción del peaje está poniendo un yugo al sector, ya de por sí castigado por la crisis económica que afecta a ambos países. “Nos preocupa mucho el peaje porque está mermando el mercado español. Una reducción que hemos podido compensar debido al incremento del turismo inglés, alemán y holandés”, explicó Eliderico Viegas.

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No solo se vienen resintiendo las pernoctaciones de turistas portugueses a causa del peaje, sino también el tráfico de vehículos por la A-22. La circulación por la Via do Infante bajó en un 57% entre enero y marzo de 2012, desde la puesta en funcionamiento del peaje, según los datos del Instituto de Infraestructura Vial (INIR), organismo que cifra en 5.588 los vehículos que utilizaron esa vía en el citado periodo. Antes de la instalación del peaje la circulación fue de 12.889 vehículos. Los portugueses temen, además, que el anuncio por parte del Gobierno de retirar las exenciones para el peaje destinadas a residentes lusos, cuyo plazo finaliza en septiembre, contribuya a “agravar la difícil situación que los municipios, las empresas y los vecinos del Algarve atraviesan”, según señala la Mancomunidad de Municipios del Algarve.

A Andalucía llegaban antes del peaje, procedentes del aeropuerto de Faro, 300.000 turistas, según los datos del Patronato Provincial de Turismo de Huelva. A esa cifra hay que añadir los más de 271.000 transportistas que cruzaban anualmente la frontera.

Con todo, hay voces para el optimismo. Víctor Neto, presidente de Asociación Empresarial del Algarve, expresó su confianza en que la caída no vaya a más: “Espero que el descenso del mercado español sea coyuntural. Estamos preocupados pero, al mismo tiempo, confiamos en que la situación pueda remontar”.

“El peaje es un gran error político que no ha tenido en cuenta ni la economía de una región muy castigada por el desempleo, ni el turismo”, agregó Neto. Aunque el presidente de los empresarios de esta zona de Portugal mantiene la esperanza: “El Algarve es más fuerte que los errores políticos y que las decisiones que no tienen en cuenta las particularidades de una región”. “El turismo debe ser una actividad económica que tiene que estar encaminada a facilitar la vida de las personas y no a generar obstáculos y a colocar barreras para imposibilitarlo, como el peaje”, concluyó.

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