Una Mercè entre protestas

Ni la Mercè escapa a la realidad: los silbidos de los trabajadores de autobuses y del metro—estos útimos mantienen el paro para el lunes—, y de otros manifestantes contra los recortes, se colaban por la puerta del Saló de Cent del Ayutamiento de Barcelona. Dentro, el alcalde, Xavier Trias, y el pregonero de este año, el científico Lluís Torner, se esforzaban en buscar argumentos positivos de futuro. “La Mercè ha de servir este año, más que nunca, para mostrar al mundo el potencial de Cataluña y de su capital”, insistía el alcalde.

Contra Trias iban dirigidas algunas pancartas de la calle por recortes, y también las de colectivos que rechazaban desalojos. Pero sobre todo los gritos de los trabajadores de Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), con quienes el Consistorio no ha podido llegar a un acuerdo para que desconvocaran el paro del lunes. De hecho, el Ayuntamiento hizo ayer un llamamiento para que los ciudadanos se desplacen a pie, en bicicleta o en otro medio de transporte, ya que los servicios mínimos no podrán cubrir la demanda, especialmente a la salida de los conciertos del Fórum y para el piromusical de Montjuïc.

La agitación política de estos días no tuvo referencia alguna ni en el discurso del pregonero ni en la intervención de Trias. En primera línea de invitados, una amplia representación de las instituciones y del Gobierno catalán: Núria de Gispert, Andreu Mas-Colell, Oriol Pujol y Pasqual Maragall, entre otros.

Lluís Torner, director del Instituto de Ciencias Fotónicas, sucedió ayer a escritores, periodistas e historiadores en la responsabilidad de dar inicio a la fiesta mayor de la ciudad. A diferencia de muchos otros, no dio pie a polémicas. Lo dejó claro enseguida: “Os habla un hombre normal que lo hace en nombre de un colectivo de personas, científicos de profesión, que trabajan en un proyecto excepcional”, se presentó. El proyecto es la mejora de la calidad de vida.

Torner, catedrático de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), defendió la capacidad de Barcelona de seguir encabezando a las ciudades europeas punteras en avances científicos, algo que todos los gobiernos de la ciudad han tenido a gala y que tiene su base en la actividad de los parques tecnológicos y de investigación. El pregonero invocó a Monturiol —el creador del submarino Ictineo— y al urbanista Ildefons Cerdà como dos hombres de ciencia que perseguían, desde miradas y mundos muy diferentes, mejorar la calidad de vida.

Torner definió su generación (nació en 1961) como la que por primera vez en la historia tiene instituciones con ambición, después de una “que construyó un sistema de investigación prácticamente de la nada”. El experto en el estudio de la luz defendió la excelente capacidad de Barcelona para atraer a científicos de todo el mundo “por ser una ciudad integradora” y expresó su ambición de que la siguiente generación de investigadores coloque a la capital de Cataluña “en la élite científica del planeta”.