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La reforma de la renta mínima deja sin cobertura a casi 10.000 menores

El Síndic de Greuges alerta de la falta de recursos para proteger a la infancia y reclama medidas al Ejecutivo

Rafael Ribó.
Rafael Ribó.EL PAIS

El cambio en las condiciones para acceder a la renta mínima de inserción (RMI) introducido por el Gobierno de CiU hace un año ha motivado que las familias de casi 10.000 menores se hayan quedado sin acceso a la ayuda de unos 400 euros mensuales, según denunció ayer el síndic de greuges, Rafael Ribó. Ribó, que entregó a la presidenta del Parlament, Núria de Gispert, el informe La pobreza infantil en Cataluña, alertó de que los servicios sociales presentan una “evidente insuficiencia” en el ámbito preventivo. La tasa de riesgo de pobreza infantil ha pasado del 17,6% al 23,7% en cuatro años, según el informe.

En Cataluña hay alrededor de 285.000 menores de 16 años en situación de pobreza o en riesgo de sufrirla, según datos de 2010, los últimos facilitados por la Generalitat. Dentro de este grupo, el Departamento de Empresa y Empleo dio cobertura económica, a través de sus familias, a 27.833 menores, lo que supone un descenso de 9.392 beneficiarios con respecto al año anterior.

Con la justificación de luchar contra el fraude y ante el importante aumento de familias necesitadas, el consejero de Empresa y Empleo, Francesc Xavier Mena, endureció el acceso a esta ayuda, que supone el último recurso económico para las familias desfavorecidas a las que ya no les queda ninguna otra prestación. Entre otras modificaciones, se amplió de uno a dos los años el periodo de empadronamiento necesario, y el cálculo de los ingresos familiares pasó a ser de los últimos 12 meses en lugar de seis. Ribó destacó que Cataluña destina un 1% de su PIB a políticas de protección social dirigidas a la infancia y a la familia, una cifra “sensiblemente inferior” a la de España (1,2%) y “notablemente inferior” a la media de la Unión Europea, que es del 2%.

62.000  menores de 15 años viven en hogares sobreocupados

El número de menores que se benefician de la RMI no ha hecho más que aumentar desde 2007, cuando la recibían 11.012 jóvenes, según el informe del Síndic de Greuges. Tras aumentar un millar al año siguiente, las cifras se dispararon en 2009, hasta llegar a 21.232 beneficiarios, y todavía más en 2010, cuando se alcanzaron los 37.225. El año pasado, tras las modificaciones del Departamento de Empresa y Empleo (con la crisis económica en su punto álgido), la cifra se desplomó hasta 27.833, lo que supuso el primer descenso del número de perceptores desde el inicio de la crisis.

El Ejecutivo de Artur Mas desoyó en 2011 las advertencias del Consejo Asesor de Políticas Sociales, cuya presidenta, Teresa Crespo, avisó de que hacía falta una “reflexión profunda” sobre el modelo de prestación de la RMI. Ayer, el defensor del pueblo catalán reiteró la demanda y reclamó que la lucha contra la pobreza infantil pase a ser una prioridad del Ejecutivo y se sitúe en el centro de la agenda política.

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Entre otros datos alarmantes del informe, destaca que ninguno de los dos padres tiene empleo en el 12,9% de los hogares con niños y que unos 62.000 menores de 15 años viven en hogares sobreocupados. En el caso de los hogares en situación de pobreza, el riesgo resulta “especialmente prevalente” en las familias numerosas y en las monoparentales.

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