_
_
_
_
_

Indemnizado con 17.000 euros tras someterse a una cura de verrugas

Un joven del Prat de Llobregat sufrió quemaduras en las manos tras ser atendido en un CAP

Aspecto de la mano derecha de Jordi García horas después de someterse a un tratamiento para eliminar verrugas en un ambulatorio de El Prat de Llobregat.
Aspecto de la mano derecha de Jordi García horas después de someterse a un tratamiento para eliminar verrugas en un ambulatorio de El Prat de Llobregat.

Visité hasta tres abogados y ninguno quiso defenderme porque decían que los médicos siempre se defienden entre ellos”, comenta Jordi García, el joven de 26 años al que el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB) indemnizará con 17.089 euros por las quemaduras de segundo grado que sufrió en las manos tras someterse a un tratamiento contra las verrugas en el CAP 17 de Setembre del Prat de Llobregat. “En este país es muy difícil que un juez condene a un médico por negligencia”, indica Luisa Blanco, abogada de Jordi. En este caso, la aseguradora del COMB ha llegado a un acuerdo económico extrajudicial con el bufete Verdún, del Defensor del Paciente.

Los hechos se remontan a marzo de 2011, cuando García se sometió a una tratamiento de crioterapia (aplicación de nitrógeno líquido congelado) en su ambulatorio. Una única sesion. "El médico me dijo que le avisase si me dolía", comenta García. De vuelta a casa, el "intenso" dolor en ambas manos iba en aumento y decidió acudir a la farmacia, donde, afirma, "se quedaron de piedra". Acudió a urgencias, donde, ademas de indicarle que le "habían hecho un cirsto", le recetaron una dósis diaria de 750 milígramos de calmantes.

Pocos días después, la dósis ya era de un gramo y García no era capaz ni de ducharse por sí solo. De profesión instalador de aislamientos térmicos, García ha estado un mes de baja, pero podría haber sido peor. Fue necesario hacer pruebas radiológicas para ver si había afectación en el hueso. De haber sido así, hoy Jordi tendría algo más que ocho manchitas blancas en el dorso de la mano como recuerdo de la experiencia y los daños podrían haber sido irreversibles.

En el informe forense practicado para la causa judicial se indica la posibilidad de que haya “podido existir un déficit de pericia o prudencia al intentar tratar todas las lesiones al mismo tiempo en la primera sesión”. La mala práctica consistió en que el nitrógeno estuvo demasiado tiempo en contacto con la piel. El departamento de Salud reconoce que es perfectamente regular que un médico de familia realice tratamientos de crioterapia en un CAP, ya que se trata de una cura rutinaria. García, que tiene lesiones hipocrómicas que puede que no desaparezcan, reconoce sentirse impotente: “Supuestamente era una tontería. Al menos he ganado algo”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_