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Desbloqueadas las negociaciones sobre el legado de Blasco Ibáñez

Se abre una vía para negociar por separado la titularidad de los fondos de la Casa-Museo y la cesión de los expuestos el Muvim

Una montaña rusa. Eso parecen las negociaciones sobre el legado del más célebre de los escritores valencianos contemporáneos que mantienen el Ayuntamiento y la Fundación Centro de Estudios Vicente Blasco Ibáñez. La novedad es que ayer se abrió una vía para llegar a un acuerdo por partes, después de permanecer el diálogo bloqueado las últimas semanas.

Los desencuentros entre ambas partes han hecho que, en menos de tres meses, la Fundación que preside la nieta del escritor, Gloria Llorca, haya amagado con poner en manos de instituciones madrileñas una parte del legado, es decir, la documentación y objetos personales actualmente en su poder que se expusieron en el Muvim hasta finales de junio pasado. Pero el principal escollo era el reconocimiento de la titularidad de una primera parte del legado, la que la nieta puso en manos del Ayuntamiento en 1997, guardada y expuesta en la Casa Museo de la Malva-rosa, y cuya propiedad reclama. El pasado día 7, la alcaldesa insistió en que esos fondos eran de propiedad municipal.

En la reunión de segundo escalón mantenida ayer, sin concejales pero con abogados, se regateó este escollo mediante el tratamiento independiente de ambas partes del legado. Sobre la depositada en la Casa Museo, serán los tribunales los que diriman quién es el propietario y ambas partes aceptarán la resolución, que puede tardar años. En todo caso, permanecerá en el chalet de la Malva-rosa. Sobre la parte que tiene la fundación en sus manos, o mejor dicho, embalada en cajas, se proseguirá la negociación, bastante avanzada, para la cesión al Ayuntamiento mediante convenio por varios años.

“Nosotros podríamos haber llevado en cualquier momento a los tribunales el tema de la propiedad”, aclara Ángel López, portavoz de la Fundación, “pero al hacerlo por nuestra cuenta con el Ayuntamiento en contra, el conflicto hubiera supuesto que la segunda parte del legado se iba fuera, y la primera, posiblemente también si se resolvía judicialmente a nuestro favor”. El acuerdo al que se llegó ayer tiene un nivel más técnico que político, de manera que “ahora falta que los políticos digan que lo asumen o que no”. Fuentes municipales indicaron a Efe que “siguen las negociaciones” y que el final de conflicto “va por buen camino”. El coche parece estar ahora en la zona baja de la montaña rusa.

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