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“De aquí sale un partido unido que sabe que el único enemigo está en la Xunta”

Vázquez y Caamaño escenifican su pacto con apretón de manos ante los fotógrafos

Las tensiones surgidas en los últimos días entre el secretario general del PSdeG, Pachi Vázquez, y el líder provincial, Francisco Caamaño, pasaron ayer a un segundo plano ante las cámaras que esperaban por su llegada a las puertas de compostelano Hotel Porta do Camiño. Después de una mañana de reuniones y con la polémica lista electoral de A Coruña consensuada, Caamaño y Vázquez se presentaron ante los medios con un abrazo y simplemente informaron de “unas listas aprobadas por unanimidad en la Comisión de Listas”, aplacando cualquier duda sobre un posible enfrentamiento entre ambos líderes en el Comité Nacional que daría comienzo horas después.

 En torno a las seis de la tarde, se inició la reunión de los miembros de la ejecutiva provincial de A Coruña, convocados el día anterior por Caamaño como medida de presión ante una posible intervención del Comité Nacional en la lista provincial. Tras ser informados de los cambios —que colocaron a José Luis Méndez Romeu de número dos por A Coruña—, salieron después de un sonoro aplauso, aunque sin caras de gran entusiasmo. “Asumimos las modificaciones como militantes disciplinados”, arguyó el exalcalde compostelano Xosé Sánchez Bugallo. Minutos antes también se dejó ver por los pasillos del hotel el hombre que centró la mayor de las fricciones, Méndez Romeu, felicitado por algunos afiliados socialistas.

A la salida de la reunión de la ejecutiva provincial, Francisco Caamaño quiso maquillar la polémica como “una muestra de diálogo y transparencia” dentro de la formación e hizo incapié en que el PSdeG es “un partido unido con un único enemigo: las malas ideas que ahora gobiernan en Galicia y que ocupan la Xunta”. La imagen final: la de los cuatro cabezas de lista dirigiendose juntos al Comité Nacional. “Ya estamos los cuatro”, soltó Pachi Vázquez ante los flashes de las cámaras, queriendo poner fin a una polémica a la que solo le quedaba afrontar la criba del máximo órgano del partido entre congresos.

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