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Roma, capital de la buena vida

La ‘dolce vita’ de los grandes ‘paparazzis’ se exponen en el Canal de Isabel II Estrellas de cine, intelectuales y nombres de la jet set recalaron en la capital romana

Marcello Mastroianni y Anita Ekberg en una escena de la película 'La Dolce Vita', de Fellini.
Marcello Mastroianni y Anita Ekberg en una escena de la película 'La Dolce Vita', de Fellini. REPORTERS ASSOCIATI

Gay Talese, que sabía lo que se decía porque estuvo en Roma durante esos años prodigiosos de la dolce vita describiéndola para el New York Times y The Times, la definió así: “No ha habido un periodo más lleno de fantasía, estilo y glamour que el verano de 1959. La Roma de posguerra se reinventó a sí misma como la capital mundial del sacrilegio, la sensualidad y el estilo”. Luego llegaría Fellini y acabaría de inmortalizar en su famosa película La dolce vita (1960) esa época de esplendor que duraría hasta finales de los sesenta. El resto, ya saben. Vía Veneto, (“la amplia y sinuosa avenida de Roma, que se extiende a lo largo de tres manzanas, próxima a la Muralla Aurelia y a los jardines Borghese, llena de cafés con terrazas, músicos callejeros, paseantes escoltando hermosas mujeres y unos cuantos hoteles caros...”, escribe Talese) con sus largos días y noches, la Fontana de Trevi, los paparazzi, Marcello Mastroianni... La exposición Los años de la dolce vita, en el Canal de Isabel II (Santa Engracia) abierta hasta el 6 de enero evoca un pedazo de todo ese mundo y sus rutilantes protagonistas a través de las imágenes de los grandes fotógrafos protagonistas.

 Su comisaria, Cristina Carrillo de Albornoz, empezó a fraguar la idea hace un par de años, justo cuando se cumplía el 50 aniversario de la película de Fellini. Coincidía con que ya era posible abrir por primera vez el archivo de Marcello Geppetti y sus herederos dejan que se expongan como un centenar. Hasta el resto de imágenes (160) que se reparten a lo largo de las cuatro plantas del Canal están las de Tazio Secchiaroli, el que siempre acompañaba a Mastroianni y “que tiene un archivo muy interesante”, precisa Carrillo de Albornoz. Sus imágenes discurren sobre todo en la Vía Veneto, con su Café de París, el Hotel Excelsior (“donde podías cruzarte con Ava Gardner o Greta Garbo”, apunta la comisaria, o a Henry Fonda y Joan Crawford, en el Gran Hotel. Eran los años esplendorosos de Cinecittà, plató para los grandes nombres del cine italiano: Roberto Rossellini, Fellini, Vittorio De Sica y Luchino Visconti. Que atrajeron también a la intelectualidad, con Henry Miller, Gore Vidal o Tom Wolf.

El tercer fotógrafo que aporta imágenes a la exposición es Arturo Zavattini, que hace el backstage de la película La dolce vita. La moda iba a tener también su lugar en ese mundo en el que Roma se asemejaba a los tiempos de Plutarco, según comparó Talese, que escribe en el catálogo de la exposición junto al crítico Diego Galán. Y fue el sastre Brioni quien revolucionó la moda masculina, cambiando las formas, añadiendo colores y configurando el made in Italy. El mismo que hoy viste a James Bond lo hizo entonces para Cary Grant, Richard Burton, Mastroianni y hasta Anna Magnani, gran aficionada a los trajes sastre. Las joyas son el otro gran elemento de esta jet set donde no podían faltar ni Onassis, Jackie Kennedy o Grace Kelly. En Roma coincidieron durante el rodaje de Cleopatra y se amaron (por primera vez) Liz Taylor y Richard Burton, quien según la leyenda le preguntó a ella: “¿Qué sabes de italiano”? Contestó: “solo sé una palabra, Bulgari”.

Ádemás de las imágenes, la exposición incluye un documental que se exhibe por primera vez en España, tras pasar por los festivales de Venecia, Roma y Toronto: Hollywood sul Tevere, que recoge los 20 años de cine y esplendor de Roma.

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