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El renovado Lolapop

El festival celebra en Redondela su edición más íntima y cercana al público

Concierto del festival Lolapop celebrado el sábado en Redondela.
Concierto del festival Lolapop celebrado el sábado en Redondela.LALO R. VILLAR

Las ventajas de un evento musical dimensionado a escala humana se hacen evidentes en festivales como el Lolapop, cuya quinta edición se celebró el sábado pasado en el puerto de Cesantes, en Redondela, una nueva ubicación tras cuatro entregas en Ponte Caldelas. No hay colas eternas, cualquier posición es buena para divisar el escenario y el sonido no se pierde en las distancias. Además, quien quiso pudo charlar y fotografiarse con las bandas, que en ocasiones se mezclaron entre el público como unos asistentes más. Querrían, quizá, probar el ambiente casi de familia que crearon el millar de espectadores, mayoritariamente treintañeros, que respondieron a la cita. “Para nosotros la experiencia ha resultado muy positiva, teniendo en cuenta que, en realidad, era una primera edición y que solo tuvimos un mes de promoción”, aseguró el director del festival, Josiño Carballo.

Este estreno redondelano pretendía suplir el vacío de 2011, cuando la falta de presupuesto anuló el acontecimiento. La promotora y sello discográfico Ernie Producciones tiró de cartera y situó a tres de sus grupos, los vigueses Maryland, Rusos Blancos y Niños Mutantes en el menú, aderezado por el zaragozano Bigott, los gallegos Mvnich, Supersubmarina y los Djs Virginia Díaz, locutora de Radio 3, y Charli-e, residente en la Sala Karma de Pontevedra. Una propuesta alejada de los circuitos comerciales que responde a la filosofía de festival boutique que el Lolapop defiende desde su nacimiento. Y les tocó a Mvnich hacer sonar la orquesta. Aún de día, tuvieron que emplearse a fondo para atraer la atención del público, rezagado todavía bajo la luz del atardecer sobre la ría de Vigo.

La actuación de Niños Mutantes fue única del grupo este verano en Galicia

Los simpáticos Rusos Blancos lo intentaron todavía con más ahínco y así consiguieron arrancar los primeros bailes en el aforo. Pero fue Bigott quien pulverizó la frontera entre el público y el escenario. A eso de las diez de la noche y sin decir una sola palabra de saludo (tampoco de despedida), prendió la chispa definitiva que encendió el auditorio. Canciones como Cannibal Dinner de su último álbum, The Orinal Soundtrack (2011), evidenciaron el talento de Borja Laudo para mezclar letras llenas de sentido del humor y juegos de palabras con folk, electrónica, rock psicodélico y todo lo que se le ocurra. Sus bailes, con ritmos espasmódicos, terminaron por convertirlo en la sorpresa del Lolapop.

Antes del fin de fiesta con Supersubmarina y los Djs, los más esperados fueron Niños Mutantes. Para el cuarteto andaluz se trataba del primer festival en Galicia este verano y tras su directo reconocieron que se había “quitado la espinita”. Este otoño les esperan una gira en formato acústico y las nuevas canciones. “¿Cómo serán? Es pronto aún para saberlo, pero con la que está cayendo creo que tiraremos por la canción protesta. Me parece sorprendente que el pop esté tan alejado de esta realidad en el momento que vivimos”, explicaba Juan Alberto Martínez, cantante y compositor. “Además, esta tarde hemos conocido la Illa de San Simón y estamos sobrecogidos por la belleza y la historia trágica de un lugar tan fascinante”.

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